Barro dorado

Barro dorado

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En el barro dorado

siembran vapores

por inercia

los trabajadores.

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Los vi automáticos

cosechando incoloras nubes

como mensajes de código pálido

placas desprendidas

melodías de pantano.

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No pregunto porque no escuchan

no interrumpo su trabajo

no podría si quisiera

tampoco es que lo quiera

eso está claro.

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Pero oscuro y profundo

es el surco del arado

da un poco de muerte al denso prado

y recibe en premio el mineral lecho

el descanso lácteo

cuna del futuro fruto ciego, manso.

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He oído el sordo ritmo

de pasos de gusano

en sus voces

en sus perecederos comentarios sin pasado

como pensamientos enredados

cuerdas de latidos callados

hilos de cansancio ignorado.

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No es relevante

no hay antes

no hay después

no duelen los pies si no se ha caminado

y si el destino es una rueda

rodando vamos

pero cuando el viento levante

serán las hojas de su árbol

las que canten

cuando sea su turno de seguir viaje.

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Pero no parece terminar ahí

por lo que vi, este proceso.

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Una procesión de seres de carga

son sus compañeros

pasean el resultado

en interminable peregrinación

como una visión sin santos.

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Se eleva el producto azucarado

en canto coral oceánico

arrecife plástico

tubular latiente

empleado bajo presión

lo ayudará a cumplir

alguna misteriosa función.

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Parece no haber un visible patrón

parece no haber más razón

que alimentar la canción

el ritmo que da movimiento

a la rueda

la rueda que lleva al arado

el arado que siembra al vapor

el vapor de barro dorado.

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Fragmento de ‘De la piedra al polvo’ de Riqui Venoso

Colección ‘Misticismo Suburbano en Historias Breves Ilustradas’

Disponible en Blurb

Derechos reservados

https://www.blurb.es/ebooks/765085-de-la-piedra-al-polvo