Carta a un anónimo confidencial

Carta a un anónimo confidencial

aNbArLin

10/11/2021

Contigo, cada lunes es un volver a comenzar y ese empezar depende siempre de cómo estés y cómo te quieras mostrar conmigo. Esta semana ha tocado, otra vez, que te cierres en banda tan terco y obstinado como solo tú sabes ponerte. Luego dirás que lo haces para protegerme. Y es que me conozco el cuento de memoria, y mal te pese, te conozco a ti más de lo que te gustaría.

No tengo derecho a nada sobre ti, así que únicamente voy a pedirte que ya no juegues así conmigo. Duele mucho, cansa y me arrastra confundida hacia un profundo abismo.

A diario, accedo a creerte, aunque las evidencias demuestren que me mientes hasta el cansancio.

Ser clandestina y no tener potestad a nada, viviendo con la frustración continua de no poder verte dónde y cuándo quiera, es desgarrador. Pero claro, luego soy yo la loca complicada que tiene ganas de pelear todo el tiempo.

No, no te equivoques, y tampoco te acostumbres, porque si algo estoy aprendiendo de todo esto es a quererme un poco.

Mientras ese amor hacia mi misma va encendiendo todas las alarmas, no hago más que aceptarte a diario junto con el humor que te amanece.

¿Quieres saber por qué lo hago? Es algo difícil de explicar con palabras pero sencillo de entender si alguna vez has amado a alguien de verdad.

¿Has visto qué rápido, y a su vez, qué lento pasa el tiempo metidos dentro del caos que hemos creado? No mires a un lado, yo te necesito aquí, cerquita, en el estado primigenio del cosmos donde las pulsiones y los deseos se fraguan en su genuino propósito vital, esquivando lágrimas y deseando nuevos orgasmos.

Tuya siempre.


Posdata:

Si has llegado al final de esta carta, y si esto fuera un brindis, alzaría mi copa por estos años en los que no he dejado de quererte (nunca).

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