Cuando era niña tuve la idea que las batallas eran enfrentamientos entre países, derrotando al oponente más débil, soltando balas sin piedad, sin pensar cuan inhumano puede ser matar los sueños de todo un ejército, de todo un país, simplemente por buscar quien tiene el poder de gobernar mejor, hasta que descubrí que existen muchos tipos de batallas en el mundo entero, en cada sociedad y en cada persona, doy por hecho que no solo se trate de conflictos entre naciones.
En mi opinión, la más grande batalla que uno puede llegar a combatir sin ir tan lejos, sin armaduras, sin necesidad de una nación, es con nuestra propia mente, y quizás mucho de nosotros nos hemos puesto en una situación donde nos ha tocado combatir con nosotros mismos, con nuestros pensamientos, con las marcas que nos dejó un pasado estricto, con leyes , con normas establecidas que debíamos cumplir a lo largo de nuestras vidas, quizás también aparezcan los traumas, los miedos, esos que por mucho tiempo viven en silencio en un rincón de nuestra mente , son como esos países que jamás entran en conflictos pero que aun así hacen daño a su propia nación .
Cuando nosotros decidimos entrar en ese lado de nuestras vidas no explorada por muchos años, y buscamos plantar una nueva nación o idea que nos permita ser mejores personas, con ideales propios, con pensamientos autónomos, buscando nuestra propia paz.
cuando decidimos revelarnos a lo ya establecido, nos enfrentamos en nuestra propia batalla sin darnos cuenta que combatimos con nuestra propia mente ,una mentalidad más fuerte que nosotros, con patrones de conducta que nos dejaron nuestros ancestros, y que a lo largo del tiempo hemos hecho caso sin cuestionar , la mente nos lleva ventaja , es muy poderosa, soberbia , con agallas para hacernos creer que estamos en el camino correcto, aunque sabemos hace rato que más daño nos hacemos haciéndole caso, que no haber intentado algún cambio, salimos a buscar lucha por nuestros nuevos sueños, por lo que decidimos ser y es ahí que nuestra mente se convierte en nuestro peor oponente de nuestra gran batalla.
Es esta batalla la mente usa un arma más letal que cualquier pistola o calibre y es el estado de inmovilización que te deja sin ganas de ganar, que te hace comer tierra por muchas horas o días, sin poder levantarte, utiliza también el poder de la negación, trabaja a su favor tu cerebro conformista y crean un ejércitos de dudas, miedos, limitaciones, fracasos, se une a la lucha una sociedad que solo te muestra cuan equivocado puedes estar y lo que lamentaras después que te des cuenta que no ganaste nada, batallamos con tantas cosas que solo quieren que no nos levantemos más, que desistamos y volvamos al camino gobernado ya por nuestras propia mente.
Cuando todo este perdido y la mente cree haber ganado, tomamos valor y salimos a una nueva batalla que no sabemos cuánto tiempo puede durar, pero estamos dispuestos a combatirla, vamos más preparados, con mejores estrategias, nuestros mejor ejercito son libros de ayuda , horas de entrenamiento, personas que ya han ganado su propia lucha y están dispuestas a ayudarnos y es ahí que vamos con todo una vez más a demostrar quien tiene el control de nuestros días, de nuestra propia vida verdaderamente, sin dejarnos amedrentar, teniendo la certeza te que esta vez ganamos nosotros esta gran batalla y por fin seremos libre en todo lo que algún día creímos que era imposible de ganar.
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