El gorrion de Lyna

El gorrion de Lyna

Andrés Pérez

07/08/2021

Una vez más Lyna observaba fijamente el cielo, la enorme sombra de un avión la cubría del brillo anaranjado del sol escondiéndose en el horizonte y un aire frio parecía abrir el camino para la luna y los astros se presentarán ante ella, ella disfrutaba el cambio de escenario mientras reponía fuerzas comiendo un sándwich.

  • Aún no termina tu jornada- Comento un hombre fornido de cabello gris con los brazos cruzados.
  • Solo era una pequeña recompensa jefe, la merecía después de dejar este avión como nuevo- sonreía la muchacha confiadamente.
  • ¡Entonces mantén el ritmo y ayúdame con el siguiente!

Lyna termino de comer y empezó a reparar el fuselaje de un avión, para esto debía remplazar partes quemadas de esta, el solo hecho de verlas hacia que un rasgo emblemático de ella empezara a arder, una enorme cicatriz que le cruzaba desde su frente pasando por encima de su ojo izquierdo hasta su mejilla, se paralizo mientras que sus piernas se tambaleaban como gelatina, finalmente su trance se rompe cuando escucha la alarma del reloj que indicaba el final de la jornada.

Una voraz frustración parecía ser el motor que le impulsaba a pedalear cada vez más fuerte de camino a casa, ya no sabía si lo hacía para embestir o huir de aquellas emociones, finalmente su cuerpo no logra seguirle el ritmo a sus sentimientos y se detiene, logrando sentir como algo frio y húmedo hace contacto con su mejilla.

  • Refréscate un poco niña, ayuda a recuperar la calma- dijo un hombre mientras le ofrecía una botella de agua mineral.
  • No es buen momento papa- dijo mientras entraba junto con él a casa.
  • ¿Estás bien?
  • Hace tiempo que no lo sé.
  • Eres demasiado fuerte como para no estarlo, solo… ve a tu ritmo ¿ok? – dijo mientras le daba algo de privacidad, Lyna se recostó en su cama, buscando dejar atrás tales emociones atrás al igual que la luna se desplazaba para dar paso al calor del sol matinal.

Lyna se despertó a primera hora, se dio unas palmadas en la cara y comió casi el doble de lo que normalmente comía en el desayuno, decidida a tener un buen día, pero su entusiasmo que salió por la culata cuando noto que aún faltaban cuarenta minutos para que abrieran, por lo que decidió caminar por el lugar, ahí pudo notar como un hombre con tes morena de mediana edad que usaba sobrero de bombín apreciaba fascinado las avionetas a medio reparar y tomaba nota.

  • Oiga señor, aun no estamos atendiendo, no está permitido que se acerque a ellos.
  • Perdona, es solo que soy ingeniero aeronáutico y me llamaron la atención las modificaciones, don muy peculiares- respondió mientras señalaba.
  • Lo noto ¿eh?, antes de volar me gustaba ajustar las alas con materiales que les permita ser tener posiciones más variables, así se disminuye la resistencia al viento.
  • Dicen que los mejores pilotos ajustan sus aviones basándose en sus experiencias de vuelo, sin duda este es un buen ejemplo señorita Lyna.
  • Gracias… espere ¿Cómo sabe mi nombre?
  • Porque quería hablar con usted, mi nombre es Damián Salvatore, seré directo ¿Quiere volver a pilotear?

Por un segundo la mente de Lyna se quedó en blanco, la pregunta resonó en su cabeza como el eco en una cueva profunda, por un momento el único sonido que pudo escucharse era el resonar del viento, sintió un fuerte escalofrió, pero se agito la cabeza para reaccionar.

  • Espere ¿me repite la pregunta?
  • ¿Quiere volver a pilotear?
  • Eso es siquiera posible- respondió resignada mientras se llevaba la mano a su cicatriz.
  • Irónica su condición la hace ideal para nuestros planes vera…
  • Lyna ¡¿estás aquí?! Dejaste tu bici tirada- Exclamo una voz grave y imponente, no le costó mucho reconocer la voz de su jefe.
  • Tenga, si busca saber más ¿por qué no visita mis instalaciones mañana? – Damián le entrega una tarjeta de negocios a Lyna- Bueno, creo que ambos tenemos trabajo que hacer así que me despido.
  • ¡Espe…!
  • Ahí estas, ¡ven! Tenemos un nuevo cliente. – Ante tal situación Lyna no tenía más opción que responder la llamada de su jefe, solo alcanzo a leer el nombre de una empresa “All Wings LTDA”, nombre que se repitió en la cabeza todo el día.

Al día siguiente, Lyna se dirigió a una dirección que indicaba la tarjeta sin decirle a su padre, no quería crear falsas expectativas, al menos para él, una extraña sensación al cual ella no quería dar nombre le ponía la piel de gallina a la vez que le impulsaba a saber más del asunto, finalmente sus ojos se posaron en el lugar que le daría las respuestas, un galpón desgastado en medio de un terreno baldío, su pintura supuestamente azul había sido carcomida severamente por el óxido el cual además había debilitado la estructura al punto de hacerla temblar con cualquier ráfaga de viento, Lyna vio una vez más la tarjeta, no había duda, era la dirección correcta, tragar saliva toco la puerta.

  • ¡Un momento! – pudo escuchar desde dentro, reconoció la voz, la misma del hombre que le entrego la tarjeta el cual después se le oyó gimotear mientras forcejaba con la deteriorada puerta que finalmente abre- Hola, me alegra su visita señorita Lyna.
  • No me gusta dejar las conversaciones a medias- respondió con una sonrisa forzada.
  • A mi menos, adelante pase y bienvenida a “All Wings Ltda”

Damián camina hacia dentro del taller, Lyna lo dudo por un momento, pero no vino acá con mala disposición, empezó a caminar lentamente, viendo como la luz del sol que se filtraba por agujeros del metal oxidado le permitían apreciar todo tipo de herramientas de mantenimiento aeronáutico, la luz se reflejaba claramente en ellas, revelando la buena calidad y cuidado de estas, ahí un joven de cabello castaño y delgado se concentraba en analizar un plano mientras que realizaba anotaciones al margen de este.

  • Sta. Lyna le presento a mi mecánico principal, ingeniero asistente, socio y consejero técnico, Blake Walker.
  • Buenas- saluda brevemente para después comer una galleta que guardaba en su bolsillo
  • Pasemos a lo importante, mi socio y yo hemos trabajado día y noche en una avioneta compacta y única que todo el mundo pueda usar, ¡permítame presentarle al gorrión!

Damián revela orgullosamente su proyecto, una avioneta de color blanco, alas con forma de punta de lanza, una cola larga, la cabina era redonda y compacta que terminaba con un extremo pequeño y puntiagudo.

  • Lo fabricamos enfocándonos en la estabilidad y facilidad de uso, su cabina cuenta con espacio para dos pasajeros, sus controles simplificados buscan que cualquiera sea capaz de pilotarlo ya que tienen varias herramientas de soporte. – Explico Blake con un rostro ilusionado mientras observaba el avión.
  • Nuestra idea es demostrar sus capacidades ganando en la exhibición aeronáutica que se llevara a cabo a comienzos del próximo mes, así obtendremos un jugoso premio en efectivo y un convenio con Skytech.
  • ¿La empresa líder en la fabricación de aviones y repuestos?
  • ¡Exacto! Y si tiene éxito el sistema se popularizará y todo avión lo tendrá.
  • ¿Porque yo?
  • Publici… ¡arg! – Damián le pisa el pie rápidamente para callarlo.
  • Muchos afirman que el día en que fue forzada a retirarse se perdió a una piloto excepcional, si incluso usted puede volar al gorrión la accesibilidad a todo tipo de público estará garantizada

Lyna conecto los puntos deprisa, su mente aún estaba procesando todo el plan de Damián y Blake, mientras observaba fijamente el gorrión llovían preguntas ¿saldría bien el primer vuelo? ¿Sus habilidades no se habrían oxidado? ¿Si pasaba algo podría recuperarse? ¿Podría vivir con solo anhelar el cielo? Esa era la única respuesta que tenía.

  • ¿Qué haces? – Le pregunto Blake mientras veía a la muchacha acercarse a la cabina.
  • Me familiarizo con la cabina de mi avión.

A Lyna le sorprendió mucho presenciar como el propósito puede cambiar tanto la percepción que se tiene de un lugar, aunque habían pasado la mañana completa explicándole sobre los controles y mecanismos del gorrión, el campo abierto y cielo sin nubes del aeródromo le hacían sentir abrumada, sensación que ella buscaba aplastar apretando los dientes al bajar de la camioneta de Damián.

  • Toma, no matemos la sorpresa- Blake le coloca a Lyna un casco y unas gafas de piloto.
  • Cuando el viento sopla en la misma dirección que tu camino, te traerá la mayor de las fortunas- Exclamo Damián animado y con una sonrisa, pero Blake noto que sus piernas temblaban levemente.

El motor del Gorrión empezó a resonar, las ruedas empezaron agarrar velocidad mientras que la avioneta empezaba a elevarse, Damián y Blake tenían el corazón en la boca mientras observaban como su pájaro empezaba a desaparecer de su vista.

Lyna recordaba que trescientos metros es la altura de vuelo mínima legal en zonas urbanas, el plan del grupo era cumplir esa altura y realizar un pequeño vuelo de diez minutos, el Gorrión continuaba elevándose, respiro profundamente antes de observar que se acercaba a travesar una nube, ella empezó a acelerar para sobrepasarla, sentía como el avión empezaba a estremecerse y retumbar, el sonido cada vez era más fuerte, su vista empezaba a nublarse, sus manos tiritaban mientras rememoraba el fuego y la sangre de aquel día, antes de que se diera cuenta ya había iniciado maniobras de aterrizaje forzado, sin embargo momento del contacto una rueda del riel de aterrizaje se aflojo, la muchacha enciende el freno tan pronto como puede y logra evitar herir a alguien.

  • ¡Lyna! ¿Estás bien? ¡Háblanos! – Exclamaba Damián gritando mientras intentaba forzar la cabina
  • Traje una barra de hierro, forz…- Sugirió Blake alterado.

Antes de que pudieran hacer algo la cabina empezó a abrirse lentamente, ellos le abren paso a la muchacha que sale tambaleándose y rechaza la ayuda de sus compañeros, una extraña mescla entre risa y sollozos salía de su boca mientras balbuceaba y levantaba el pulgar, Lyna camina hasta llegar al baño donde al quitarse el casco y las gafas se revelan lagrimas que se derramaban desconsoladamente y rezaba desconsoladamente que su oportunidad no se hubiera quebrado igual que su temple.

Ya habían pasado veinte minutos desde que Lyna se encerró en el baño, pero para ella se sentía como veinte años, respiraba hondo y se ponía la mano en el pecho mientras se forzaba a sonreír, lucir impasible era el primer paso a ser confiable, se colocó el casco y decidió ir a buscar en sus compañeros, cada paso que daba le permitía ver al gorrión con más claridad, pensaba en métodos para bajarle la gravedad a la situación, pero lo único que encontró junto al avión era un individuo cuya cara no pudo ver usando una llave de tuercas para desarmar las uniones de un ala del gorrión.

  • ¡Oye tú!

El hombre suelta la llave y sale corriendo despavorido, Lyna procede a perseguirlo por el lugar, justo cuando está a punto de alcanzarle dobla en una esquina, pero ella termina chocando con otro piloto y ambos terminan en el suelo.

  • ¡Oye cuidado! – Le recalco el piloto mientras le ofrecía una mano.
  • Lo sie…- Esa era una cara que no podía soportar, el solo ver esos ojos cafés y cabello rubio le hacía hervir la sangre. – rechaza la ayuda del joven mientras aprieta su labio- ¡Déjame!
  • Esa voz…
  • ¡Señorita! La estaba buscando- Exclamo Damián- me alegra que este bien- El hombre pudo sentir una mirada aterradora proveniente de ella, Lyna decide irse junto con Damián.
  • Gracias Mikhail- dice el hombre desconocido, saliendo de un armario cercano al piloto, Mikhail suspiro cabizbajo y se retira sin decir nada.

Blake les esperaba junto al Gorrión, el y Damián se vieron sorprendidos cuando Lyna insistió en otro intento, pero ambos se negaron, querían volver al taller con el fin de ajustar tranquilos el ala del Gorrión, algo que ella acepto a regañadientes, en el viaje de regreso se podía cortar la tensión con un cuchillo, se sintieron aliviados cuando llegaron a su destino.

  • La experiencia nunca es un fracaso, debemos aprovecharla- Expreso Damián en tono esperanzador mientras buscaba sus herramientas.
  • Y no hay mejor momento que el ahora- Añadió Lyna mientras buscaba algún overol que le quedara en un casillero del taller.
  • Señorita hoy fue un día… intenso, deje que nos encarguemos de esto.
  • Vamos, no queda mucho tiempo y nunca sobran manos para ayudar. – alego Lyna sonriente.
  • Cierto, pero tu rol es otro, céntrate en eso. – Contesto Blake mientras revisaba el motor.
  • Unos intentos mas en la pista me hubieran ayudado.
  • Unos intentos mas en ese estado y te habrías mata… ¡arg! ¡Damián! -Clamo Blake cuando Damián le piso una vez mas el pie para callarlo y le ofrece una libreta y lápiz a la chica.
  • Necesito que analice el primer vuelo de Gorrión, para que lo conversemos, nos vamos a poner algo ruidosos así que por que no trabaja en ello en casa y me la envía, ¡sería de gran ayuda! – Lyna suspiro, tomo el lápiz y la libreta, ambos se despidieron para después ver como pedaleaba hacia su casa.

Cuando llego a casa una fuerte frustración le sirvió de motor para enfocarse el resto del día en tal experiencia, para cuando ya había terminado un análisis exhaustivo ya era casi media noche, tal sensación le seguía carcomiendo, algo que la ínsito a desempolvar sus antiguos apuntes y libros de la academia, sumergiéndose en la lectura durante el resto del fin de semana.

Mientras Lyna trabajaba recibió el mensaje que estaba esperando, se dirigió al baño para leer tranquilamente que habían tomado en cuenta sus anotaciones para modificar el Gorrión y tenían planificada una prueba mañana, el corazón de la muchacha empezó a acelerar, haciéndole recordar su último intento, aquella angustia y frustración se estaban convirtiendo en una fiera obstinación por una revancha que le impulso a aceptar.

Ahora que tendría su esperada revancha no podía permitir que su jornada laboral se interpusiera, pero su jefe siempre había sido muy estricto en las medidas de seguridad al momento de volar, debía elegir bien sus palabras.

  • Jefe necesito hablar con usted.
  • Te escucho- respondió mientras seguía revisando el funcionamiento de un motor
  • Mañana no podre venir a trabajar- uno sus ojos observo fijamente a Lyna, por un segundo ella sintió un escalofrió en la espalda, trago saliva y continuo- Debo acompañar a mi padre a un examen médico, avisaron que saldría algo aturdido y que llevara un acompañante.
  • Que le acompañe tu madre o algún amigo.
  • Mi madre trabaja en el extranjero y le remarcaron que fuera un familiar- recalco Lyna manteniendo cara de póker hasta que escucho un suspiro de su jefe.
  • De acuerdo, supongo que es inevitable, asegúrate de dejar lo mas avanzado posible el trabajo.
  • ¡OK! – respondió Lyna mas aliviada pudiendo enfocarse en la prueba de mañana.

Aquella noche Lyna se acostó temprano, le había dicho a su padre que mañana debía ayudar a su jefe a primera hora con una reparación de gran escala, le molestaba mentirle a su jefe, pero le dolía mentirle a su padre, la sola idea de ser honesta la hacia temblar por miedo a su reacción, quería ganar no solo para recuperar su carrera sino también para probarle que estaría a salvo en el proceso.

Ese día el padre de Lyna desayuno solo, antes salir al trabajo pudo notar un leve aroma a arroz y carne que venia de una lonchera roja de la cocina, ella había olvidado su almuerzo, por lo que decidió tomar un desvió para ir a dejársela en el taller mecánico.

  • Buenos días señor Adler- Dijo el padre de Lyna- no le interrumpiré solo vine a dejar el almuerzo que olvido mi hija.
  • Pensé que estaría con usted, me pidió permiso para faltar y acompañarle al médico.
  • Y ella me dijo que estaría desde temprano con usted… oh dios… ¿le habrá pasado algo?
  • Maldición niña- pensó el señor Adler.

Lyna se había tomado un segundo para mentalizarse para el éxito, respiro hondo y cerro los ojos antes de colocarse el casco, camino combatiendo con cada paso el temblor en sus piernas, no permitiría que obtener malos resultados al momento de entrar a la cabina mientras iniciaba la secuencia para el despegue.

El avión se elevaba sin problemas, el objetivo del día de hoy era superar los trescientos metros de altura y realizar una vuelo corto de 15 minutos alrededor del aeródromo, su ansiedad le llevo a acelerar tan pronto como pudo mientras ponía atención como la cifra del altímetro estaba aumentando: doscientos….doscientos diez…..doscientos veinticinco, Lyna sentía como se le ponía la piel de gallina, mientras sudaba al acercarse a los 300 metros, finalmente cuando llego a los trescientos metros de altura ella sintió como se quitaba un peso del pecho, el único sonido que percibió en ese momento era el sonido del motor que al ser llevado al máximo empezó a soltar un estruendo, Lyna pudo sentir como sus manos empezaban a temblar, su vista empezaba a nublarse mientras volvía a revivir el recuerdo del fuego y la sangre, incapaz de resistir tal situación inicio la secuencia de descenso.

Una vez en tierra ella misma mantuvo cerrada la entrada de la cabina por un momento, frotándose la cara con las manos y soltaba un grito ahogado, finalmente abre la cabina y utiliza las pocas fuerzas que le quedan para soltar una falsa sonrisa, una pequeña parte de esa alegría era verdadera, pero la mescla con el miedo y cobardía le generaba un sabor agrio que se intensificando con cada fracaso, sentimiento que le acompaño hasta llegar a casa, ahí su padre estaba sentado en la sala observándola fijamente.

  • ¿Ya entendiste? – pregunto el padre de forma inquisitiva.
  • ¿De qué hablas papa?
  • ¿Te faltaron intentos para entender que ya no puedes pilotear?

La muchacha sintió como se le escapaba el calor del cuerpo y se puso a sudar frio, le basto con ver su mirada firme y penetrante para saber que no servía fingir ignorancia.

  • ¿Desde cuándo lo sabes?
  • Hace unas horas, olvidaste tu almuerzo, pude ver tus intentos.
  • Solo he perdido practica… solo espera y…
  • No, esto termina ahora.
  • Tu no decides eso, ¡no soy una niña!
  • ¡Entonces demuéstralo tomando la decisión más madura!
  • ¡Si lo rechazas tan tajantemente por que no me detuviste ahí!
  • ¡Porque quería creer en ti!… quería estar equivocado pero lo sabia con solo verte ¡estabas al borde del colapso! Imagínate, si eso pasa haya arriba ¡Vas a morir!
  • ¡Entonces moriré bajo mis términos!
  • ¡Morirías inútilmente demostrando a todos lo negada y rota que estas!

Ese comentario fue la gota que rebaso el vaso, la ultima cosa que necesitaba escuchar, por un momento el brillo en los ojos de Lyna desapareció, corrió sollozando a su habitación, su propia debilidad le perturbaba de día y le originaba pesadillas humillantes, aquella sobrecarga de emociones desbordo en un grito desgarrador.

La luz del amanecer filtrándose por la brecha de la ventana revelo una faceta decaída de la joven, sus ojos estaban rojos y estaba tan afónica que apenas podía hablar, si no fuera por que estaba acostumbrada a levantarse al sonar el despertador y que ya no quería estar en casa no se hubiera movido en todo el día, desafortunadamente su padre le estaba esperando en la puerta, el mismo afirmo que la llevaría al trabajo, Lyna no quería faltar por segunda vez.

  • Hola jefe…- dijo desanimadamente
  • Vete, estas despedida- respondió mientras le cortaba el paso parándose frente a ella.
  • ¡¿Pero en que se basa para hacer eso?! Si es por lo de ayer le aseguro que…
  • No te despido por faltar o mentirme, te despido por inconsciente, todos los involucrados en la industria aeronáutica hacemos lo posible para asegurar un vuelo seguro para todos, permitir que una persona con defectos severos en la vista y traumada pilotee es insultar ese principio esencial, tu no respetas la aviación, ¡solo respetas tu deseo egoísta!
  • En serio es un insulto… ¡¿Jugarte la vida por lo que amas?! No puedo dejarlo ir, ¡no quiero dejarlo ir! Pensé que me conformaría con ser mecánica, pero… ¡¿Qué se supone que haga?!
  • ¡Volar!

Lyna no pudo evitar voltear a quien había hecho ese comentario, era Damián, la determinación del hombre se reflejaba en su mirada mientras señalaba hacia arriba

  • ¡No te metas en esto! ¡Solo buscas aprovecharte de mi hija!
  • ¡Busco darle alas! A todo el mundo, comenzando con ella.
  • Se necesitan mas que “alas” para ser piloto- Señalo el jefe.
  • Y ella tiene lo demás, de hecho, tengo la forma perfecta de mostrárselos si estas dispuesta a arriesgarlo todo- Declaro Damián mientras extendía su mano a Lyna sonriendo.

Lyna se agarro el pecho, la respuesta a la pregunta que tuvo al ver al gorrión seguía siendo la misma, cerro los ojos, respiro hondo y limpio sus lágrimas, mostrando un semblante firme y una sonrisa decidida.

  • Caballeros, esta es nuestra oferta.

Era una mañana soleada con un fuerte viento, Lyna junto con su equipo, padre y jefe se presentaron a primera hora del día siguiente a esa gran discusión, en el aeródromo Damián dio un paso al frente y se dirigió al grupo:

  • Repasemos los términos, realizaremos un vuelo de prueba tripulado por dos personas, la señorita Lyna y su padre, el vuelo durara veinte minutos desde que lleguemos a la altura de 300 metros de altura alrededor del aeródromo, nosotros ganamos si:

Uno: Una vez alcanzados los trescientos metros de altura mínima mantiene el vuelo durante veinte minutos.

Dos: Si no ocurren accidentes causados por errores técnicos o humanos por nuestra parte.

Y tres: Si nuestra piloto no se ve presa del pánico y aterriza antes de tiempo.

Si cumplimos entonces le permitirá colaborar con nosotros y conservara su trabajo, sino entonces abandonara ser piloto, jamás volveremos a acercarnos a ella y la podrán despedir ¿Todos de acuerdo?

  • Si- respondió el jefe-
  • Quizás así entiendas de una vez- respondió su padre mientras asentía y entraba a la avioneta.

Su hija le observaba silenciosamente, le hubiera gustado decirle algo, pero era momento de actuar y no de hablar, termino de prepararse y una vez en la cabina, recibió la señal para comenzar la secuencia de despegue.

El padre de Lyna observaba las manos de su hija manejando los controles de la nave, él siempre se daba cuenta del grado de sus nervios a partir de eso, estaba listo para hacerla bajar si ocurría alguna eventualidad, cada cierto rato Lyna ponía atención en el altímetro, el cual empezaba a acercarse a los trescientos metros de altura, estaba segura de que la alcanzarían después de superar las nubes, el avión empezó a sacudirse y temblar a través de la nube, las manos de Lyna empezaron a temblar y sudar mientras que empezaba a balbucear con una voz quebradiza.

  • Hija, es suficiente…- dijo mientras acercaba su mano a su hombro para hacerla reaccionar.
  • Molestar a… un piloto… mientras vuela… es peligroso. – dijo mientras rechazaba la mano de su padre y se enfocaba en los controles.
  • Me escuchas Gorrión, ¿cómo van las cosas allá arriba? – pregunto Damián por medio de radio.
  • Y… Ya… estamos en… los trescientos metros.
  • Bien, tómalo con cal…
  • No ¡estate atenta! – Exclamo Blake mientras le quitaba el radio a Damián- Según las últimas informaciones meteorológicas está iniciando un viento cruzado.
  • ¿Q- Que significa eso? – pregunto el preocupado padre alzando la voz para ser escuchado por el radio.
  • Quiere decir que el viento sopla de forma perpendicular, pudiendo generar ráfagas que impacten al avión desde varios ángulos dificultando mucho la estabilidad del vuelo- respondió Blake.
  • Hija, esto es serio, debes…
  • Confiar en… mi- complemento Lyna angustiaba mientras jadeaba- sabia lo que su padre quería decirle, pero necesitaba sentir que confiaba en ella, aunque fuera mentira.

El avión empezaba a sacudirse, Lyna debía concentrarse en determinar cuales eran las direcciones en las cuales el viento era mas fuerte a riesgo de que entre más se centraba en ellas, más se exponía a una crisis de pánico, sentía que debía dejar que cortaran su carne para llegar al hueso del problema, entre mas se centraba en percibir las oscilaciones, los recuerdos de su tragedia eran más vividos, incluso podía sentir como su cicatriz le generaba un dolor punzante que debía combatir, su padre veía su lucha, le había pedido que se detuviera pero ella lo ignoraba, a él ya no le importaba el reto, solo quería que volvieran a salvo, su hija quería lo mismo pero sabía que existían dos formas de hacerlo, abandonando o triunfando y esa victoria planeaba dedicarla a su padre, su padre entendió que solo había una forma de actuar al verla así de determinada, sujeto la mano de su hija la cual estaba temblorosa y e inestable para sujetar el mando.

  • ¿Dijiste que molestar un piloto es peligroso, pero apoyarlo? – pregunto su padre con una leve sonrisa.
  • Ya lo estás haciendo- respondió levemente mientras se centraba por un instante en el toque de su mano.

Su hija le devolvió el gesto, su mano continuaba temblando, pero era capaz de manejar la avioneta, su recién adquirida estabilidad le permitió notar que el viento era mas intenso por el sur y el oeste por lo que contrarresto la situación volando en pequeños círculos formando ochos en el aire, finalmente los veinte minutos terminaron, pero lo verdaderamente difícil estaba por comenzar.

Lyna sabía que lo que hace verdaderamente peligrosos los vientos cruzados eran que dificultaban las maniobras de despegue y aterrizaje, debido a eso se debía utilizar una maniobra conocida como aterrizaje cangrejo, en la cual debía descender en diagonal, y al acercarse al suelo colocándose en posición recta mientras se mueve con el viento, corriendo el riesgo de que se levante la cola del avión haciéndola girar y estrellarse, aquella maniobra le costaba hacerla desde siempre.

Los espectadores del desafío podían ver como el Gorrión se acercaba en diagonal a la pista de aterrizaje, solo la voluntad los mantenía ahí expectantes después de que otros usuarios del aeródromo se refugiaran de los fuertes vientos en los hangar, finalmente la aeronave pudo poner la primera rueda del tren de aterrizaje en tierra sin embargo la fuerza del viento aun podía hacerlos volcar al empujar el ala derecho, maniobra que la piloto busco contrarrestar aterrizando la rueda derecha primero pero cometiendo el error de hacerlo de manera muy brusca dejando el fuselaje y el ala izquierda del avión descompensada, Damián y Blake sintieron como se les saltaba un latido cuando vieron al Gorrión haciendo una voltereta, Lyna reacciono rápidamente, dos de las tres ruedas chirrearon intensamente cuando entraron en contacto con el suelo pero la última, la frontal, colapso por el exceso de presión generando que el Gorrión derrapara intensamente hasta que finalmente se detuviera.

Los tres asistentes corrieron hacia la inerte aeronave con una mescla de asombro y temor que hacia que les pesara el estómago, Damián se esforzaba en no pensar en el peor de los resultados, llegaron a tiempo para ver como se abría la cabina y contemplar como Lyna salía apoyándose en su padre, curiosamente ambos tenían una expresión de calma, los ojos del padre y Damián se encuentran.

  • Señorita…
  • Esta bien, solo déjala tener un buen descanso, tengan eso en cuenta para las futuras pruebas- respondió en un tono sereno mientras la llevaba a su auto para reposar, Damián y Blake asienten luego Damián se voltea hacia el Adler.
  • Y bien ¿Qué dice? – Pregunto con una sonrisa confiada
  • Que sigue despedida.
  • Pero ¿por qué?, ¡¿lo vio lo bien que lo hace?!
  • Lo vi y simplemente me apego al acuerdo, se precipitó al aterrizar y se volteo por error, que su padre se lo perdone o no lo sepa es otra cosa.
  • Aun así…- Dijo Blake.
  • Además- Interrumpió en un tono severo- para cualquier piloto el entrenamiento diario indispensable, no debe tener distracciones-dijo antes de subirse a su auto para atender su taller, Lyna solo le quedaba ver como la espalda robusta del hombre que le había permitido seguir conectada a su pasión en tiempos difíciles se alejaba.
  • ¡Muchas gracias por todo! Jefe Adler. – Grito Lyna antes de tomarse el resto del día.

Faltaban dos semanas para la exhibición aérea, en esta, las empresas suelen hacer demostraciones prácticas de sus nuevos modelos de avionetas, estos últimos lo harían por medio del show acrobático que busca ponerlas a prueba por medio de la ejecución de una rutina de maniobras básicas que consistía en:

  • Vuelo lineal de cinco minutos
  • Rizos: una maniobra que consiste en dar vueltas en bucle, la cual debía realizarse tres veces.
  • Toneles, que se basa en realizar una rotación de trescientos sesenta en un eje longitudinal tres veces.
  • Barrenas, que consta en un descenso controlado formando una trayectoria en espiral, debiendo realizarse una vez antes de aterrizar.

Lyna se sentía mareada cada vez que terminaba de practicar esa rutina, Damián y Blake le daban ligeros descansos que le gustaba aprovechar para acostarse en una banca y cerrar los ojos, en estos momentos Lyna solo se centraba en su respiración y latidos de su corazón, pero su meditación se vio perturbada por el sonido de pasos acelerados.

  • ¿Qué haces? ¿Se te perdió algo? – pregunto la chica extrañada.
  • Alguien. – Respondió Blake
  • Si buscas a Damián recuerda que perdió el juego de piedra, papel, tijera para ir a comprar el almuerzo.
  • Lo sé, pero no sobran las precauciones…
  • ¿Ante qué?… tu y Damián son muy recelosos con el Gorrión, si no fuera por que yo lo piloteo no me permitirían ni mirarlo.
  • Debemos serlo, ellos no dudarían en destruirlo si pudieran.
  • ¿Quienes?
  • Los de Aeroplus
  • ¿Qué tiene que ver una gran empresa de aeronáutica con ustedes?
  • Creo que deberías saberlo- Afirmo para luego tomar asiento al lado de Lyna- yo solía trabajar ahí junto con Damián, que era el jefe del departamento de desarrollo tecnológico, en aquel momento ya teníamos las primeras ideas de lo que sería el gorrión.
  • ¿Y por qué se fueron?, hubiera sido más fácil desarrollarlo con ellos.
  • No tanto, la empresa estaba pasando por un muy mal momento, en un esfuerzo de recuperarse empezó a programarse la construcción de aviones militares, algo que Damián rechazo tajantemente, por lo que destruyo todos los planos, conceptos preliminares del Gorrión antes de su presentación oficial.
  • ¿Y por qué renunciaste tu?
  • Yo hago aviones para que la gente vuele, no para que se maten entre si…
  • Además de que fui tu mentor, inspiración y dijiste que jamás permitirías que me meta en algo tan arriesgado sin tu apoyo- Añadió Damián inflando el pecho y mostrando una sonrisa prepotente.
  • No seas exagerado. Gruño Blake con la cara colorada.
  • Pero si fue un momento tan lindo, ja ja ja, me conmoviste- declaro Damián en un tono meloso.

Lyna soltó una sonrisa, de todas las personas que ellos pudieron elegir fue a ella, sea cual sea el resultado se alegra de haberlos conocido, pero el ambiente afable se rompe al escuchar herramientas cayéndose de un encapuchado que estaba cerca del Gorrion

  • ¡Oye tú!

la figura encapuchada comenzó a correr por la salida trasera del hangar, Damián y Blake comenzaron a perseguirlo, Lyna se tardó un poco más en unirse a ellos en debido a la sorpresa, a la mitad de la persecución se resbalo repentinamente con una pequeña bola de metal en el piso, no pudo evitar notar que tenía un mensaje atado a ella, que al leerlo le produjo un escalofrió. Rápidamente volvió con el Gorrión y reviso el motor, le habían arrancado varias partes esenciales, de haber volado antes de verlo no la hubiera contado.

  • ¿El avión está bien señorita? – pregunto Damián mientras volvía con un gesto de frustración.
  • Lo estará… gracias a esto- Lyna le mostro la nota que decía “revisen la cámara de combustión”

Una vez arreglado las pruebas continuaron con el gorrión siempre vigilado por alguno de los tres, ni siquiera las ruedas de la bicicleta daban tantas como la cabeza de Lyna respecto este asunto, pero lo que mas le intrigaba era la nota descartando la idea de que la dejara caer el saboteador, quien sea que lo haya hecho le debía una respuesta y ella un favor, sentimiento que le acompaño hasta el día decisivo.

El gran día cambiaba significativamente el ánimo del aeródromo de la academia de pilotos, el cual seria la sede de la exhibición aeronáutica este año, la exhibición siempre contaba con la asistencia de aficionados a la aviación, ingenieros, pilotos e incluso comerciantes con puestos de comida y juegos convirtiendo en un lugar en una alegre feria de atracciones, pero tales estímulos eran opacados por la presión que sentía el grupo del Gorrión el cual se había saltado las atracciones para presentarse en el hangar principal donde se llevaría a cabo la inspección general de las avionetas.

El reconocimiento se llevaría a cabo tres horas antes de iniciar el evento principal, ahí todas las avionetas eran colocadas en fila, un grupo de técnicos revisaba cada aeronave, una vez aprobados se les indicaba el numero en que se presentarían, algunos grupos aprovechaban de tener todo en orden mientras que otros disfrutan haciendo vida social con los grupos aledaños, Lyna disfrutaba observar la variedad de avionetas junto con Damián.

  • Linda aeronave, con razón nos robaste el diseño. – una afirmación sarcástica que provenía de un hombre de edad madura, delgado, su overol lleva el logo de Aeroplus en el pecho, se acercaba a Damián con una sonrisa altanera acompañado por el mismo muchacho rubio con el que Lyna se topó después de volar el Gorrión.
  • No puedo robarle algo que nunca tuvo director Marcell- respondió Damián con un rostro sereno y confiado.
  • Algo que te garantizo que tendré será la victoria, tenemos la mejor aeronave y nuestro piloto aquí es excepcional…
  • ¡Excepcionalmente rastrero! – Afirmo Lyna mientras daba un paso al frente, mientras estaba a punto de quitarse las gafas para confrontarlo, algo que Blake evito al último momento agarrándola del brazo.
  • Da igual, este día voy a hundirte.

Marcel se retiro junto con Mikhail el cual mantenía una expresión solemne y amarga, Lyna gruñía mientras se quitaba a Blake por la fuerza mientras apretaba los dientes.

  • ¿Tienes algún problema con ese? – pregunto Blake.
  • ¡Él me causo esta mierda! – alego mientras señalaba a su ojo izquierdo- ambos éramos compañeros éramos compañeros en la academia y competimos por ser el mejor de los graduados, durante el vuelo de demostración que nos pidieron hacer lo encontré cerca de mi avión, según el solo iba al baño del hangar pero cuando tuve mi accidente aéreo dijeron que la causa era que alguien había saboteado el motor de mi avión, el fue la ultima persona cerca del avión, le acuse pero no llegue a nada por falta de pruebas, lo hare pagar.

La revisión termino sin ningún otro contratiempo, recibiendo el número cuatro y los de Aeroplus el numero uno en el orden de presentación, los grupos cuyos aviones aun no les tocaba presentarse les tocaba esperar su turno en el auditorio el cual había sido adaptado como sala de espera, desde ahí pudieron observar por medio de un monitor el rendimiento del primer participante, muchos participantes se desmoralizaron al ver un rendimiento y habilidad que solo podían ser definidos con una palabra: ejemplar.

El equipo de Aerotech celebraba y miraba por sobre el hombro a los demás, aquel ambiente denso y desanimado era como un veneno que no le permitía a Lyna quedarse quieta, le insistió a un miembro del personal que le dejara salir con la supuesta necesidad de ir al baño, el aire fresco le parecía liberador y revitalizante.

  • ¡Lyna!- la muchacha se volteo solo para ver como Mikhail se presentaba ante ella, Lyna involuntariamente chasqueo la lengua y entrecerró los ojos con repudio.
  • No sé de qué hablas, no conozco a ninguna Lyna- respondió la chica mientras se ajustaba el casco.
  • Reconozco tu voz y acusaciones, pero eso no importa, debo decirte….
  • ¡No necesito nada de ti!
  • ¡Sabotearon el Gorrion! – mi jefe no solo quiere ganar, busca destruir la reputación de Damián, mando un empleado a….
  • “El próximo grupo en presentarse será All Wings LTDA,”- interrumpió un megáfono del personal, Lyna no perdió el tiempo y se apresuró al hangar mientras apretaba los dientes, Mikhail corrió tras ella, pero se interceptado por grupo de aficionados que insistían en sacarse fotos y felicitarlo por su desempeño.

Finalmente, el Gorrion estaba en la pista, su peculiar apariencia llamo la atención de la gente, pero lo que en verdad se gravo en sus recuerdos era el ímpetu con el que inicio su vuelo, Lyna podía escuchar su corazón latiendo a cada segundo mientras intentaba concentrarse en el vuelo, pero parte de ella no podía quitarse las palabras de Mikhail.

Damián y Blake observaban que ella se acercaba a la altura requerida para iniciar la rutina, estaban atentos a las transmisiones de radio, cualquier anormalidad ya sea técnica u atmosférica que afectara a la avioneta.

  • ¡Señor Damián! – debe detener esto, ¡hagan que baje ahora! – exclamo Mikhail mientras corría hacia ambos ingenieros, con un rostro lleno de angustia.
  • ¡Lárgate, estamos trabajando! – Grito Blake intentando desahogarse un poco de los nervios de la situación.
  • ¡Ahora no, retírese! – Exigió Damián mientras se fijaba de que todos los parámetros climáticos estuvieran en orden.
  • ¡Acaso quieren que Lyna muera! -Vocifero Mikhail mientras se colocaba frente a ellos.
  • Es un poco tarde para preocuparte por ella, considerando lo que le hiciste. – Indico Blake tajantemente, Mikhail por un segundo no pudo hacer nada más que mirar hacia abajo con una postura temblorosa pero no era momento para eso.
  • Es serio, ¡mi jefe soborno a un empleado acá para que arruinara su motor, estallara si le aplica mucha presión!
  • Esas no es una acusación cualquiera, ¿porque confiaríamos en ti? – pregunto Damián.
  • Por que ya lo han hecho antes- Afirmo mientas escribía en una libreta ante ellos “revisen la cámara de combustión”, la letra en la libreta y la nota eran como dos gotas de agua, Damián estaba entrecerrando el ojo y levantando una ceja, trago saliva mientras su frente empezó a sudar.
  • ¿Como vas Lyna? – Pregunto Blake volteándose y observando hacia arroba, tratando de ignorar esa inesperada situación, la cual, según él, no tenía sentido.
  • Ya terminé el vuelo recto, ahora si viene lo bueno- Expreso en un tono firme que buscaba generar confianza para el grupo.

La sección acrobática podía ser lenta o muy breve dependiendo de la velocidad, originalmente quería tomarse un poco el tiempo para resaltar el atractivo del Gorrion y mantener el control pero algo le incitaba a terminar pronto antes de cualquier contrariedad, ella no tardo en empezar a hacer la vueltas en forma de e minúscula manuscrita, tenia que tener cuidado con dejar suficiente espacio entre una vuelta y otra para estabilizarse, los movimientos cinéticos generaban que su ojo izquierdo lagrimeara, dificultándole ver y se volviéndose mas sensible a la luz, pero no había llegado tan lejos para que las cosas acabaran así.

  • Parece que le va bien Dam… ¿eh?-

Blake lo busco con la vista, pero no había rastro de Damián ni tampoco de Mikhail, el líder de All Wings no había podido ignorar tal advertencia, corrió con Mikhail a hablar con los jueces para informar la situación, al escuchar tal acusación no pudieron permanecer impasibles, en especial cuando provenía de un miembro del supuesto equipo culpable, por lo que se llamo a todos los miembros de Aerotech, quienes se mostraban indignados, en especial su líder, el director Marcel.

  • ¡Qué crees que haces idiota! – Alego Marcel mientras señalaba acusatoriamente con el ceño fruncido a Mikhail.
  • ¡Lo correcto!, ¿acaso no era suficiente confiar en nuestro trabajo y mi desempeño?
  • ¡Silencio!, no tolerare esta estupidez, ¡¿qué pruebas tienes de que lo hice?!
  • ¡Usted mismo me dijo que había asegurado el fin de Damián con esto!
  • ¡¿Metiste a la señorita en riesgo por nuestro conflicto profesional?! De verdad eres un desgraciado. – declaro Damián mientras apretaba los dientes.
  • Las palabras se las lleva el viento, en especial las mentiras, sin pruebas tangibles solo son sandeces, ¿acaso intentas arruinarme solo por que no te di el aumento que pedias el otro día?, eso sí es indigno.

Mikhail sabía que él estaba transgiversando los hechos para hacerlo lucir como un conflicto aislado, Damián conocía a Marcel lo suficiente como para saber que recurriría a algo así, aunque parte de el deseaba que tuviera razón, luchaba por mantenerse inexpresivo mientras rezaba en su interior por la seguridad de Lyna.

Los toneles eran una maniobra que requería poner atención al angulo de inclinación y al ritmo de la aceleración, cada giro aumentaba la velocidad y exigían la máxima concentración de Lyna, la cual fue interrumpida por las llamas que empezaron a surgir del motor, Lyna empezó jadear y sus manos empezaron a temblar, arruinarlo ahora le parecería imperdonable, puso una mano sobre la otra, recordando como le había apoyado su padre y como desafío aquella experiencia, sus manos dejaron de temblar logrando completar los toneles.

Sin embargo, un pilar de humo empezó a hacerse cada vez mas notorio y los jueces debatían sobre la situación, lo único que restaba era la barrena, Damián siempre había sido muy calmado sin embargo los problemas drásticos requieren soluciones drásticas.

  • ¡Miren arriba!, ¡las piezas están empezando a encajar!, incluso si no dan la decisión ahora deben ordenarle bajar, ella es lo suficientemente obstinada para ejecutar la barrena en ese estado, uno de los jueces se mostro determinado y tomo el transceptor.
  • Jovencita, debido a la condición de su avioneta debe aterrizar inmediatamente por razones de seguridad… señorita…. Hey.
  • ¿Qué sucede?
  • No hay señal…

El calor empezaba a extenderse por toda la estructura del Gorrión, empezando a afectar el cableado de las intercomunicaciones, viéndose obligados a observar y confiar en el juicio de Lyna, ellos vieron como la joven se adentraba en una enorme nube gris, dentro, Lyna empezó a dar varias vueltas en espiral descendente, la falta de visibilidad, el mareo y un dolor punzante en su ojo eran un precio aceptable para ella a cambio de que el agua concentrada en la nube pudiera apaciguar las llamas del Gorrion, la gente estaba expectante y las dudas se empiezan a aclarar cuando ven al Gorrion aterrizando de su última vuelta con sus llamas casi apagadas, Lyna bajo exhausta y saludo a la multitud emocionada, sin previo aviso sus compañeros ya estaban junto a ella celebrando su llegada.

  • ¡Realmente te luciste hoy! – Exclamo Blake con una sonrisa de orgullo.
  • ¡Eres increíble!, ¡realmente la mejor! – Afirmaba Damián mientras sentía como dejaba ir aquella letal incertidumbre
  • ¿Recién se dan cuenta de eso? Dijo Lyna mientras estiraba los brazos para abrazarlos a ambos.
  • Mecánicos, ¡revisen el avión!, ¡que nadie de Aerotech lo toque! – Exclamo uno de los jueces y traigan al doctor para la chica.
  • ¿De qué está hablando? Estoy bien
  • A los que están bien no se les derrama sangre del ojo, quítese las gafas.
  • N..no se preocupe, luce peor de lo que es.
  • No importa, no puedo dejarla así, le daré primeros auxilios, ¡rápido!

A Lyna se le puso la piel de gallina y miro a Damián, este ultimo trago saliva y asintió mientras cruzaba los dedos en los bolsillos, los pocos segundos que se demoro en obedecer esa orden se sintieron eternos, finalmente aquella vieja herida queda expuesta resaltando su ojo izquierdo ensangrentado, el juez quedo atónito ante tal escena.

  • No puedo ignorar esta circunstancia, ocultar una condición clave en el piloto es una infracción grave, determinare su castigo al terminar el evento.

Lyna y sus compañeros aceptaron el veredicto, siempre supieron que jugaban al borde de la navaja, a pesar de esto no podían evitar sentir un pesar en el pecho y un rastro carmesí acompañaba los pasos de Lyna.

Había pasado una semana desde la exhibición y mucho ocurrió en ese corto periodo de tiempo, Lyna reflexionaba sobre todo ello en una banca del parque, no pudo evitar la sorpresa de toparse a Mikhail caminando solo, el bajo la vista y se dispuso a retirarse rápidamente pero antes de que lo notara ella ya lo tenía agarrado de la manga.

  • Necesito hablar contigo. Le exigió con un rostro severo, Mikhail no hacia nada mas que mirar hacia abajo.
  • Mírame cuando te hablo.
  • No se si me queda coraje para eso.
  • No importa, hazlo.

Mikhail levanta la mirada lentamente, ahí puede ver el parche que Lyna llevaba en el ojo, por un instante sintió que levantaba un enorme peso, pero respiro hondo y se atrevió a romper el silencio.

  • Tu ojo…. ¿está bien?
  • Tuve una hemorragia severa después de la exhibición, afortunadamente me la trataron a tiempo.
  • Que…bien- Mikhail se sentía feliz por ello, pero tal sentimiento se mesclaba con la culpabilidad, creando un sentimiento difícil de procesar.
  • Hace años… ¿porque me saboteaste?
  • Mi familia es muy pobre y se endeudo con gente mala para pagar mis estudios, según el convenio que tiene con la academia el señor Marcel debe contratar al mejor piloto de los graduados, ese trabajo es muy bien pagado, sentía que los había arrastrado a esto, cada vez me costaba seguirte mas el ritmo y…

Mikhail se tapó la cara con las manos y Lyna por un segundo tuvo ganas de golpearlo, pero también entendía el no poder dejar lo que uno ama hacer además de las duras circunstancias.

  • Como sea, no se puede llorar sobre leche derramada.
  • Lo sé, pero me jure jamás permitir que algo así pase de nuevo, se que no sirve de nada, pero… lo siento.
  • Tienes razón, no sirve, pero me sería útil que me debieras una, en especial con la tonelada de trabajo con la que estoy ahora.
  • ¡Es cierto! Lo vi en internet, ¡la demostración del Gorrión se volvió viral!
  • Si, a pesar de que descalificaran a Aerotech y a nosotros mucha gente quedo fascinada y pudimos iniciar una campaña de financiación.
  • ¿Y respecto a ti?
  • De mecánica en All Wings, pero si perfeccionamos el modelo me permitirán hacer un examen que acredite que estoy capacitada para pilotear, ¿y tú?
  • Digamos que los traidores no tienen lugar en Aerotech- respondió Mikhail con una leve risa nerviosa.
  • Pero podrías tenerlo en All Wings, si en verdad quieres redimirte cúbreme allá arriba con el Gorrión hasta que llegue el momento. – expreso Lyna- mientras señalaba al cielo y daba una risa reconfortante.
  • Sería un honor.

Lyna le dio un apretón de manos a Mikhail y se dirigieron al galpón de All Wings, quizás ella aun no podía volar, pero su espíritu ya tiene alas, unas fuertes y determinadas que siempre la unirán con el cielo.

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