El ojo divino.

Una noche mas en Oaxaca, ni un alma pasea en estas calles de Oaxaca…caminaba de regreso a casa después de un pleito que cometí solo por una opinión mía sobre la presidencia de Santa Anna.

Cansado, me recargaba de mi molinillo mágico como suporte, arrastro mis pies con mucha pesadez, trato de no hacer mucho ruido, ya que los guardias me podrían escuchar y me meterían a la cárcel, hasta que al fin llegue a la hacienda donde vivo con mi familia.

Entre a mi habitación sin hacer mucho ruido, y al cerrar la puerta me caí de sentón y me recargue mi espalda en la pared, solté un suspiro de cansancio, deje aun lado mío el molinillo mágico. Hasta que vi una luz blanca apareció a lado mío, es Magnus saliendo del molinillo, cuando Magnus salió el también esta cansado por gastar mucho su magia, solo para protegerme…Magnus, siempre se preocupa de su propio portador.

-Porfirio, no vuelvas a cometer ese error…- Dijo Magnus sentándose a un lado mío.

-No puedo, no permitiré que un mal gobierno destruya mi país.-

-Eres un cabron Porfirio, eres un maldito necio.- 

-Nací así, de terco. – Sonreí.

Magnus se escondió del molinillo mágico, sostuve el molinillo y me levante del suelo, me deje caerme en mi cama. Mientras miraba al techo de mi habitación, empecé a recordar de como apareció el molinillo mágico a mi vida, solo apareció en una mañana en mi mesa de noche y también apareció una nota misteriosa, lo cual decía así: 

«Este objeto que te he dejado es mágico, tarde en buscar la persona correcta para que quedara este molinillo mágico, por favor, úsalo con mucha sabiduría, jamás corrompes tu propia magia blanca, lucha por tu bien y el amor.«.

La magia es un conjunto de habilidades y practicas sobrenaturales, si manifiesto magia en frente de mi familia, quizás van a pensar que los actos que estoy haciendo es del diablo, tendré que usar la magia con mucha sabiduría, lucha por tu bien y el amor. Mi bien…nuestro bien, mi amor, por nuestro amor.

Mis parpados empiezo a sentirlos pesados, estoy tan cansado después de ese suceso.

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Empecé a escuchar los gallos cantar, los brillos del sol, atravesaban a través de las ventanas, me levante de mi cama y me puse mi guayabera de ayer. Al asomarme a la puerta de madera de mi habitación, al ver tranquilidad me regrese a mi habitación y guarde el molinillo mágico en el cajón de mesita de noche.

Sali de mi habitación y camine hacia la cocina a dar una sorpresa a mi madre, al entrar a la cocina en silencio, empecé a oler delicioso el desayuno, y ahí esta mi madre, justo en el comal, preparando las deliciosas tortillas, hasta que le toque su delicado hombro.

-Porfirio, que susto me diste.- dijo mi madre mientras me abrazaba.

-Ya estoy en casa mamá.-

Dicho esto, mis hermanas empezaron a despertarse y me abrazaron como nunca, empezaron ellas a llorar, después de tantos días fuera del pueblo, después de dar uno opinión mía. Mi sobrina delfina lloro mas, ya que ella me extrañaba mas, y yo a ellas. 

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Al acabar de desayunar, mis hermanas se fueron a vender los chales tejidas por ellas mismas, mientras yo, me quede a descansar en la hacienda junto con mamá y delfina.

-Mamá, quiero hablarte contigo.- dije.

-¿Qué pasa?.- 

-Mamá, después de lo que me ha pasado este pequeño «incidente», estuve reflexionando de lo que es que quiero en la vida, dejare de estudiar el seminario, voy a estudiar derecho.-

-¡Estas loco!.- grito mi madre en modo histérica.- ¡Tu padrino se enojara mucho contigo y conmigo, ¿de donde vamos a sacar el dinero?!.-

Solo me quede callado, mirando a la nada, mi madre tiene razón, somos pobres, apenas tenemos para la comida y el techo. Tendré que trabajar mas para conseguir dinero para estudiar.

-Yo trabajare solo, encontrare mi trabajo…-

Dicho esto, me retire de la cocina y camine hacia mi habitación, al sentarme en el borde de mi cama, saque mi molinillo mágico del cajón de la mesita de noche, deje aun lado el molinillo mágico.

-¿Lo comentaste a tu madre?- pregunto Magnus desde dentro del molinillo.

La voz de Magnus es tan tranquilizadora, mientras el habla dentro desde ese molinillo, puedo escuchar su voz y su eco a la vez.

-Si, lo comente a mi madre.-

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Mientras acomodaba mi habitación, escuche que tocaron la puerta.

-Pasa.- 

Mire atrás a ver quien era y es mi madre.

-Porfirio, creo que es momento de hablarlo, estuve reflexionando todo este momento. y al ver que ya estas creciendo, así que…tu tienes el derecho de elegir.- exclamo mi madre.- Toma Porfirio.-

Mi madre me dio un pequeño morral pesado, al abrirlo vi que son montones de monedas y un poco de billetes.

-¿Que es esto?, ¿De donde los sacaste?.- Pregunte.

-Este es el dinero de que dejo tu padre antes de morir.-

-No…no puedo aceptarlo mamá, yo no…- dije hasta que mi madre me interrumpió.

-No, es tuyo, si tu padre seguiría vivo el te lo hubiera dado, tu padre y yo, seríamos felices.- mi madre sonrió de la manera mas sincera.

La sonrisa de mi madre, fue tan sincera, mis ojos brillaron de alegría, mi corazón palpitaba por mil hora. Agarre el pequeño morralito donde están las monedas, abrace con mucha fuerza a mi madre.

-gracias, mamá…muchas gracias.- dije.- Hablare con mi tío sobre de esto.- dije mientras cargaba mi morral.

guarde al molinillo, el dinero y los libros que me presto mi tío, salí corriendo como una bala, fui hacia la iglesia donde esta el seminario.

-Me alegra que estés feliz, Porfirio.- añadió Magnus.

-Mi corazón esta apunto de estallar de tanta felicidad.- dije mientras corría.

Al llegar al seminario, entre y busque la oficina de mi tío, al llegar a su oficina me lo encontré rezando una oración.  Al ver que termino, se persigno y me miro.

-Ah Porfirio, que sorpresa que vinieras aquí.- dijo mi tío mientras se acercaba hacia a mi.

-Tío, Dejare el seminario.-

Al decir eso, mi tío abrió los ojos par en par, se quedo tan sorprendido la gran noticia, como si fuera el fin del mundo.

-¿Qué estas diciendo?.-

-Tío, dejare el seminario, voy a estudiar derecho.- dije con mucha calma.

Mire la reacción de tío, mi rostro cambio de un instante, su rostro de mi tío con el ceño fruncido, jamás lo había visto mi tío enojado. 

-Porfirio, sabes que es lo que pasa cuando alguien entra estos tipos de temas, ¿Verdad?.- 

-si tío, el tema de la política corrompe mi alma.- murmure.

-Entonces, ¿Qué prefieres Porfirio?, ¿corromperte o seguir el camino de dios?.-

Agache mi cabeza, miraba el suelo mientras miraba el suelo, empecé a reflexionar. Mi tío se equivoca, al estudiar derecho, nada te corrompe, no me corromperé, ni mi alma, ni mi magia. Yo protegeré a mi mismo, mi familia, mi gente y mi pais. 

-No tío, te equivocas, entrare a esa escuela, defenderé mi pais, yo renuncio el seminario.- dije mientras sonreía victorioso.

Dicho esto, mi Tío se enojo mas y me apretó mi brazo, me jalo hacia la salida y  después me lanzo hacia el suelo, caí de sentón, las cosas que tenia guardado en el morral salieron volando, exhibiendo mi molinillo mágico.

-¡No vuelvas a esta iglesia ni al seminario, ¿Entendiste?!.- grito mi tío.

seguía sentado en el suelo con el ceño fruncido, hasta que mi tío se acerco hacia a mi.

-¡Devuelve los libros que te preste!.- 

Dicho esto, agarre los libros que salieron volando de mi morral y se los di, el me lo abérrato de mis manos. Mi tío camino hacia la entrada del seminario y una de esas, el se detuvo.

-No vuelvas a buscarme, ya no serás  parte de la familia, ya no seré tu padrino. ya no Porfirio.- 

Dicho eso, mi tío se alejo de mi, de repente empecé a sentirme raro, ¿Qué es este sentimiento?. De repente empecé a escuchar que un objeto empezó a moverse, mire atrás y es mi molinillo mágico.

-No, No, No, Magnus, no te manifiestes, aquí no, hay gente.- murmuré alterado.

-Porfirio, tu tío se comporto mal, eso es inhumano, ¡Te hizo daño!.- hablo Magnus por telepatía.

-¡Tranquilízate Magnus, controla tu ira, vamos a casa!.- 

Después me levante del suelo, agarre mis cosas y lo metí en mi morral, mire al mi alrededor y la gente se me quedaron mirando como un bicho raro, decidí correr a casa. Me aleje de ese lugar lo mas pronto posible, al llegar a esconderme de un callejón, me senté en el suelo.

-Lo siento mucho, Porfirio, no fue mi intención lo que pasara esto.- Dijo Magnus arrepentido.

-No, No te disculpes Magnus, de hecho, estoy muy feliz de haber elegido mi destino, me siento libre, libre de escapar del seminario.- Sonreí mientras miraba el cielo. 

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Al llegar a casa, mi madre me recibió con abrazo abierto, obviamente la acepte, mientras que delfina corría hacia a mi con su muñeca de trapo que le hizo mi madre. Delfina me abrazo con mucha fuerza, lo hice lo mismo y la cargue y le di un beso en su frente.

-Gracias Mamá, gracias por todo.- Dije.

-Me alegro que estés feliz, hijo…siempre trabajo para hacerte feliz.- 

-Ahora es mi turno de esforzarme y salir adelante…-dije.

Lucharé por mi, por mi familia, por mi hogar, por mi país…¡Por el bien de todos!