¿Quién quisiera perdonar burlas
debiendo aguantarlas tanto,
adentro y afuera?
Burlas, hostigamiento y hostilidad
Si vienen de afuera
la vulneración dura poco
pues sus artífices no detentan
el estatus de íntimos
No hay nombre, rostro ni pecado grave
preciso para atribuirles
En par de días olvido la afrenta
Si viene de casa, en cambio,
el daño subsiste cual feo tatuaje
y las punzadas, cual mordidas
Son mis hermanos los agresores
son ciertos amigos los deudores
Sus traiciones alzan un bloqueo
ante mi buena voluntad hacia ellos
y una dureza facial hacia sus gestos
Que nadie abrigue esperanza fácil
de conseguir perdón a tan corto plazo
¿Cómo ha de ser fácil
si siempre sufro alguna burla?
No importa si burlan afuera
pero puertas adentro exijo,
en confianza y a cambio de ella, respeto
«Anormal», «animal», «enferma»,
«loca», «mongólica», «pirada», etcétera:
etiquetas a cual más insultante
¿Cómo hablar de sus emisores
sin distinguir entre propios y extraños?
Porque, a no renegarlo:
la hostilidad hecha prejuicio y voz
afecta peor si viene de un afecto
y extraña menos si de un extraño
Pensar así me ayuda a aceptarlo
Quizá pueda perdonarlo
mas no reconciliarme con ello.
6/05/2020
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