Las bibliotecas son gabinetes mágicos que contienen espíritus y así al abrir un libro liberamos al espíritu y todas sus historias pasadas nos entrelazan y maldicen en potencia de la profundidad de sus palabras.
Nos llevan a mundos y eras distintas, a la punta del sable del cruzado, en la foto al interior del casco del soldado americano en Vietnam y en todas las historias mágicas y metafísicas del maestro de la letras Borges siempre existe ese espíritu.
Algunos le temen y otros prefieren olvidarlo pues su maldición es la mas libertadora de todas y convierten a mendigos en reyes, bueyes a frisones y famélicos en generales gloriosos.
Yo estoy maldito por Borges y lo sigo y el me sigue, lo veo pero el no me ve, me aconseja y yo erro pues estoy hecho de una arena distinta y siempre antes de llegar a la cumbre cierro el libro y acabo así con la preciada maldición.
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