Inmenso mar de incertidumbre,
la pena que dentro de mi agoniza,
esa que precisa una mirada,
en el escondite del alma acongojada.

La riña, el furor,
la desdicha de la soledad sin prisa,
el oscuro velo de la noche,
el frío estupor de tu sonrisa.

En el abismo yace
un tu y yo enamorado,
llorando de pena;
sin fe, sin perdón, abandonado.

No valió la risa,
las luchas, las noches, el llanto,
no ganó la fuerza de un para siempre,
ganó la crueldad, el digno orgullo que maquilla.

Duele tu adiós, duele tu ausencia,
duele el destino,
las canas que no tardan
y las manos frías de indiferencia.

©Leslie Mansilla/ Sunset Less / Guatemala, C. A

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