Se acerca, escucho sus pasos. El miedo invade mi cuerpo, infectándolo de cobardía. Nada puedo hacer, solo tengo que esperar el fin. Siento como mi corazón se agita, cada vez más rápido. Me encontrará lo sé, sabrá donde estoy, verá el piso mojado por mi sudor. Intento mantenerme tranquilo pero no puedo, este sentimiento, esta desesperación que siento es una súplica que nadie ha de escuchar solo él. Recuerdo a todas las personas que conocí durante mi vida, las veo pasar por mi mente como si de una película se tratara. Es el signo final, mi destino está sellado. Quisiera gritar, pero el miedo me lo impide. ¡Nooooo! ¡Nooooo! Ha abierto la puerta, mi corazón se agita aún más. Ya no es miedo, es ¡pánico! ¿Qué hago? Su silueta es visible y siento como los pasos de la muerte se acercan. La oscuridad se cierne sobre mí, los susurros de un miedo sin nombre llegan a mis oídos. Solo debo espera que todo esto acabe. ¡Veo el arma! Aquel cuchillo que me silenciará para siempre. ¡Me ha visto! Su filuda punta se acerca, me exaspera todo el momento que toma para llegar. ¡Que acabe luego, que todo termine de una vez! ¡Vamos hazlo, haz……….
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