La luz del alba se esconde en esta sala inerte
cuando enmudece el latir de la inquietud herida
mientras deambula aquel horizonte de melancolía
por un hedor a armoniosa muerte.
¡Mirad cómo arde el oro viejo!
¡Escuchad cómo grita la piel de la esmeralda!
La locura rompe el espejo
donde resbala la sangre de la escarcha
y el pasado tierno cubre la noche es su reflejo
amarrando al vacío un crepúsculo frío
durante el entierro de la mirada del alma.
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