Siento que los cambios, las lecciones y cada situación que viene pasando me acerca cada vez más a lo que quiero ser pero contradictoriamente me aleja de todo aquello que fui, siento que son lazos que no puedo mantener, que ya no tienen ningún sentido y es absurdo si quiera tan siquiera intentarlo, es como si para seguir debiera ir dejando el equipaje, tengo que ir arrojándolo fuera de la canoa a medida que avanzo para aligerar el viaje porque no podría cruzar el lago con todo eso peso; y me angustia sentir qué tal vez me estoy equivocando, qué tal vez un día, no muy lejano, deba volver y seguir mis pasos recogiendo una a una todas las maletas que dejé tiradas por ahí, que deba tomarlas con la cabeza abajo, derrotada, ante el juicio y la mirada de todo y todos aquellos que tanto quise dejar en el pasado.
Temo quedarme sola al final del camino, temo perderme y no poder llegar nunca al otro lado o quedarme perdida para siempre en medio de la nada, no sé si debo seguir esa intuición dentro de mí que muy pocas veces falla, que me lleva a creer que debería dejarlo todo porque siempre me estará esperando algo mejor, que puedo hacerlo mejor y que puedo ser mejor. Sigo, a pesar de la incertidumbre, echo un vistazo atrás porque aunque presiento que hago lo correcto no puedo dejar de sentirme algo confundida, o más bien culpable, por ese pasado que quisiera a veces desligar completamente de mi vida; y en parte sé que no puedo hacerlo, sé que jamás me libraré totalmente de él, que me seguirá a donde vaya, si lo pienso bien tampoco quiero perderlo del todo, es más quiero quedarme con algunos pocos buenos recuerdos, con esas increíbles lecciones que me dejó, todas esas enseñanzas que me impulsaron a avanzar, me quedo con eso pero quiero que esa carga, ese peso, esa presión que llevó encima se quedé atrás.
Que sea capaz de seguir adelante, sabiendo lo que dejo atrás y creyendo en todo lo bueno que está por llegar.
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