Autosabotaje

Darío es un chico apenas adentrándose a sus veinte años de vida, él nunca se ha involucrado en peleas, jamás ha consumido sustancias que dañen su salud y ciertamente sus notas son buenas. <<él será un gran ingeniero>> es lo que piensa toda la gente que lo rodea. Toda, menos él.

Darío sabe que Sofía obtiene mejores notas, ciertamente Roberto es mucho mejor defensa que él, Fernando nunca pierde la atención de sus compañeros mientras expone y ni hablar de que Diana es capaz de hacerse amiga de cualquier persona en menos de veinte minutos. No se puede ser el mejor en todo, lo sabe, pero desearía sentir que es el mejor al menos en una sola cosa.

Darío tiene días buenos, como cuando nació su primera sobrina o cuando por fin lo beso la chica que le gustaba, en esos momentos los problemas parecían tan insignificantes y la vida era generosa, pero…

Darío también tiene días malos, como cuando se enteró que su padre le fue infiel a su madre por segunda ocasión o cuando su novia hiso exactamente lo mismo. En contraste a los días buenos, en éste lado de la moneda cualquier pequeño percance se agranda a tal magnitud que le es imposible ver la luz del sol.

Darío siente que nada de lo que hace tiene un propósito que resulte vagamente motivante para él.

Desearía poder ayudarte, Darío. Desearía decirte que la vida te tratará de una mejor manera a partir de ahora, pero no tengo la certeza de que sea así y no quiero mentirte más de lo que ya te han mentido.