El custodio del agua

El custodio del agua

Tezah Marzeri

19/02/2021

Javier escuchó una especie de llanto y decidió ir a investigar. El hombre era el encargado de la guardia del fin de semana, era necesario que alguien se quedara a monitorear el cierre y la apertura de las compuertas para controlar el suministro de agua y continuar así con las labores de mantenimiento. Todos los ríos de la región ya habían sido entubados. Conforme Javier avanzaba por los oscuros y tenebrosos pasillos de aquel complejo, el hombre se preguntaba qué harían las autoridades cuando ya no hubiera más agua para entubar… ¿Y todo para qué?, para cubrir la demanda excesiva de la ciudad, principalmente por sus constantes fugas y desperdicios del vital líquido. Ahora, las presas se encontraban por debajo de su capacidad y otros acuíferos, que antes surtían al sistema, ya estaban abandonados por sus altos niveles de contaminación. ¿Cómo afectarían esto a las comunidades aledañas y a la flora y fauna que vivía de estos afluentes?

Javier continuó su marcha rumbo a las enormes cisternas contenedoras, conforme se acercaba, los llantos eran más intensos, una mujer se lamentaba con alaridos agudos y espaciados. El hombre subió por las escaleras… Decenas de contenedores se encontraban ahí, separados por angostos pasillos, el agua se veía negra… algo podría estar escondido dentro… el reflejo de la luna creaba formas siniestras que hacían volar la imaginación. Javier con su pequeña linterna apenas podía distinguir entre la oscuridad; era noviembre, el aire helado golpeaba con fuerza y calaba los huesos.

Javier era veterano, llevaba años trabajando ahí y creía haberlo visto todo, pero lo que distinguieron sus ojos esa noche lo dejó paralizado… No lo podía creer, una criatura tan grande como un oso pardo, metía la cabeza en el agua dando grandes sorbos, aquello lloraba entre trago y trago; era evidente que tenía mucha sed y que había llegado hasta ese lugar atraído por el agua… La criatura giró su cabeza con un movimiento rápido y miró a Javier, los ojos del ser eran grandes, iluminados por un brillo rojo, su piel verdosa y cubierta de escamas; tenía grande fauces llenas de colmillos y enormes garras palmeadas. El aterrado hombre soltó la lámpara, intentó levantarla, a ciegas era imposible regresar, la encontró, alumbró… la cosa estaba frente a él… pudo sentir el fétido olor que emanaba de su hocico… La criatura prensó con sus terribles dientes la cabeza del indefenso Javier, quebrándola y luego lo lanzó con tal violencia que hizo hundir su cuerpo dentro de una de las cisternas, salpicando agua por doquier.

El lunes temprano, llegaron los demás trabajadores del sistema de aguas. Partes del cuerpo de Javier fueron localizadas, flotando dentro de una de las cisternas. Nadie pudo explicar lo que había ocurrido. Después de algunas horas se retiraron los restos y las autoridades lo declararon un suicido. Conforme pasó el día el incidente fue perdiendo importancia. Esa misma noche los hombres que conformaban la guardia nocturna escucharon lamentos, mujeres que lloraban… El sonido provenía de arriba, justo donde se ubicaban las cisternas de agua. Llenos de curiosidad decidieron subir para averiguar qué pasaba. FIN.

Etiquetas: agua terror

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