SIEMPRE ES DE NOCHE

SIEMPRE ES DE NOCHE

Liz Valk

09/02/2021

Las luces de neón se apoderaban del amplio local, la canción «When We’re High» de L.P daban un perfecto ambiente de sensualidad al «Pink Moon » un sitio de diversión donde no había reglas, y en el que todo estaba permitido, un sitio al que solo la gente más importante de Nueva York tenía acceso, empresarios, políticos y artistas, eran la clientela de tan prestigioso club, en una habitación a oscuras yacía Dominic con una hermosa joven con la que pasaría la noche, rubia y de cuerpo delgado, con labios exuberantes pintados de un color vino fuerte, eran las 11 de la noche y para él, el juego apenas empezaba, la había amarrado a una especie de cama con forma de equis roja, con los ojos vendados y el rostro contra la almohada, no era que le gustara sodomizar a una mujer, o practicar algún tipo de fetiche, simplemente no quería que lo vieran ni tocasen, hace 11 años ya que su vida había cambiado drásticamente, y no permitía que nadie a excepción de su hermana y su chofer lo vieran, se acercó hasta la mujer sin pronunciar palabra alguna y deslizó la palma de su mano desde la nuca hasta el final de su columna.

-Vamos guapo, no hagas esto más largo y dame una probada de eso de lo que todas hablan

-Silencio -una voz varonil y seductora salió de los labios de Dominic, no le gustaba hablar con las mujeres que se llevaba a la cama, para él todo era muy parco, pagaba por el servicio de la chica y se iba, nadie en el club había visto su rostro, ni sabía su nombre, era todo un misterio, tomó posición hasta quedar entre las piernas de la mujer y se bajó la cremallera, no hubo tiempo para estímulos, ni para desvestirse, hoy no estaba de humor, la penetración fue seca y no paró de moverse hasta que se sintió saciado, ni siquiera le importo si la mujer con la que estaba había llegado al éxtasis igual que él, desató a la mujer y tomó su abrigo para marcharse.

-¿Eso será todo? -Preguntó la mujer con tono frustrado, pero fue en vano pues no la oyó, él ya se había ido-.

Otra vez lunes pensó al escuchar la alarma, eran las 5 de la mañana y ya iba siendo hora de levantarse, se desperezó y caminó hacía la ducha para darse un baño, se vistió con un jean celeste a la cintura y una camiseta blanca, que acompañó con una chaqueta de cuero negro que iba a juego con sus botines y dejó que su cabello cayera libre en la cintura, desde pequeña a Aileen nunca le había gustado recogerse el cabello, amaba sus rizos, y odiaba desayunar, a las 6:30 ya estaba lista para salir a su trabajo, hace 4 años que trabajaba como secretaria de Krubscabia Campbell, la diseñadora de la marca de moda para la que ella trabajaba, y en sus 4 años ahí, nunca había conocido a su hermano Dominic, sabía que era el presidente, pero jamás lo había visto, las únicas veces que había tenido contacto con él, había sido a través del teléfono, cada vez que necesitaba que le pase con su hermana. Eran miles las historias que se habían creado acerca de él, sus compañeras le habían dicho que era un monstruo, o al menos así lo había descrito una ex empleada de la empresa, quién había sido su asistente, resulta que un día la chica había decidido que era buena idea espiar a su jefe, era tanta la curiosidad que él mismo causaba, que no pudo aguantarse, pero las cosas no salieron como las esperaba, pues Dominic la había pillado, y luego de arrancar en un ataque de ira, terminó despidiendo a la muchacha. ¿Pero qué era eso tan grave que había descubierto?, según Katherine la que había sido asistente de Dominic, con toda la rabia encima, y con la clara idea de desquitarse por su despido, les había dicho a todos que su jefe era un monstruo, y que usaba una careta, o algo así, la verdad es que ella no le prestaba mucha atención a lo que sus compañeras decían, lo que sí sabía, era que su jefa y hermana de Dominic le había dicho que por nada del mundo entrara a la oficina, o sería despedida, no se lo había dicho como amenaza, sólo como un consejo.

                         Capítulo 2

La mañana había sido muy tediosa, pero no era para menos, la próxima colección estaba pronta a lanzarse y aún faltaban muchas cosas por hacer, aburrida en su escritorio Aileen terminaba de hacer las llamadas para invitar a los empresarios que asistirían al desfile.

-Y dime, -La interrumpió una de sus compañeras-, ¿quién será el artista que cantará en la apertura de lanzamiento?

-Cris, estoy algo ocupada

-Vamos Aileen, eres la única que lo sabe, te prometo que no se lo diré a nadie, dímelo, dímelo, dímelo -rogó-

-Está bien, pero baja la voz, el señor Dominic ha contratado a «The Weekend» -un grito escapo de los labios de Cris al escuchar quién sería el artista- quieres bajar la voz

-Lo siento Aileen, es la emoción, Abel, es mi amor platónico

-¿Que es esa bulla afuera? -Preguntó un molesto Dominic a través del teléfono-

-Nada señor, es que… Cris se ha golpeado otra vez con la puerta

-Uy que miedo -Se burló Cris-

-Te dije que bajaras la voz, harás que me multen

-Vale, vale, no te meteré en problemas con monster

-Sabes, no deberías referirte a él de esa forma, es molesto, y poco educado, además, él es nuestro jefe

-Yo solo digo lo que todas, no te enfades

-Sabes repetir lo que todos dicen no es necesario, los chismes no son buenos

-Lo sé, pero no puedes negarme que es muy misterioso

-Él es como es, y nada nos da el derecho de criticarlo

-Sabes, era muy guapo

-¿Lo conociste?

-No, pero era hijo del señor Patrick Campbell, puedes encontrar fotos de él en internet , era todo un bombón, hasta que tuvo el accidente claro

– ¿Exactamente qué fue lo que pasó?

-Tuvieron un accidente cuando regresaron de una reunión, Dominic venía en la parte de atrás, y sus padres adelante, al parecer el auto colisionó matando a los señores Campbell al contado, y dejando a Dominic envuelto en llamas, la mitad de su rostro y parte de su cuerpo sufrieron quemaduras graves, de ahí que no se deja ver, debe estar muy deforme y feo, por eso no quiere que lo vean -se mofó- , pero eso solo tu jefa lo sabe, ella, y su novia

-No deberías referirte de esa forma a él, no es correcto.

-Es lo que todos dicen

-No es bueno repetir lo que otros dicen, pero entonces, ¿tenía novia?

-Si, pero lo dejó luego del accidente, es hija de uno de los socios de la empresa, se sabe que iban a casarse, pero ella lo rechazó y cancelaron la boda, dos meses después se casó con quién era hasta en ese entonces el mejor amigo del señor Dominic.

-Que mal, pero…, ¿por qué cancelaron la boda?

-Al parecer su novia no estaba muy contenta con su «nuevo novio».

-Entonces no lo amaba.

-No es que no lo amaba, es solo que ponte en su lugar Aileen, una mujer bella y con dinero a lado de lo que sea que haya quedado de su prometido, yo hubiera hecho lo mismo, ¿tú no?

-Claro que no, jamás, cuando amas a alguien lo amas por lo que es, no por su físico, los sentimientos son lo que en realidad importa, la verdadera belleza del amor está en saber amar a la otra persona por sobre todas las cosas, si abandonas a alguien cuando más te necesita, entonces no es amor

-Claro, claro, y los unicornios existen y viven en el país de las fantasías, -Se burló-, despierta Aileen, como sigas creyendo en cuentos de hadas, y príncipes azules, morirás virgen y rodeada de 40 gatos, este es el mundo real, a nadie le interesa los sentimientos, todos buscan alguien a quién exhibir como un trofeo, tú me entiendes, en este tiempo el amor se basa en el físico, o en que puedes ofrecer monetariamente, pero bueno, te dejó, mi jefe debe estar por llegar, nos vemos en la hora de almuerzo, -se despidió dejando a Aileen pensando en todo lo que le había contado de Dominic, su historia resultaba trágica, y sí que lo había sido, la única mujer que alguna vez había amado lo había abandonado tras verlo, y lo que era peor, se había casado con quién alguna vez había sido su mejor amigo, ahora entendía él porqué de su carácter.

                          Capítulo 3

Bajo la lluvia van
La gente y las historias,
Los momentos, van buscando los motivos, la casualidad.

En medio de la lluvia va,
Ella camina en los espejos harta de volar;
Yo sigo aquí entre sábanas y música…
¿dónde estarás?

Que llueve…
Reflejo que se ahoga, aún duele;
Qué quieres, se me antoja verte…
Y duele.

Bajo la lluvia va
La gente buena y mala, todos por igual:
El pobre, el rico, la estresada y lo vulgar.

En medio de la lluvia van
Comienzos y finales,
Gota a gota van
De luchas y de treguas
Vidas únicas.
¿Dónde estarás?

-Hoy Llueve, Hoy Duele (Alejandro Sanz)

Una lágrima acarició su mejilla, al oír aquella hermosa canción de Alejandro Sanz que tanto le recordaba a ese hombre que alguna vez amó, pero que estuvo a punto de destruirla, aún sentía latente ese dolor que por poco la hunde, escuchar la historia de Dominic hizo que los malos recuerdos volvieran, ella más que nadie sabía lo que era ser rechazado por la persona que más se había amado. Hace un par de años había conocido a un chico de nombre Robert, del que se había enamorado perdidamente, era su primer amor, pero él sentimiento no había sido mutuo, él solo se había burlado de ella, había estado jugando con el único objetivo de llevársela a la cama, pero no lo logró, sus planes se vieron arruinados cuando uno los de amigos le contó todo, él no la amaba, todo había sido una apuesta, apuesta que su amigo no estaba dispuesto a perder, por eso le terminó contando todo, sintió que quería morirse, y pudo ver como su cuento de hadas en instantes se volvió una pesadilla., «¿Enserio creíste que me casaría contigo?, por favor Aileen, mírate, tú nunca pertenecerás a mi mundo, yo jamás te tomaría enserio, tu no estas a mi nivel» —Le había dicho—.

Se secó las lágrimas y suspiro buscando algo de alivio, que difícil podía ser el amor, que trágico a la vez, —Pensó—, dolía admitirlo, pero a veces Cris tenía razón, las personas ya no buscan el verdadero amor, solo buscan la compañía, el miedo a estar solos hace que se conformen con lo que sea, aunque también había la otra parte, esa que solo vivía de apariencias, la que solo buscaba alguien a quién exhibir como si de un trofeo se tratase.

-—Aileen —La voz de Cris la sacó de sus pensamientos, llamando su atención—.

-—¿Si?

—Hay un señor buscando al señor Dominic, necesita que firme un documento, es de suma importancia.

-Pero la señorita Krubscabia no esta

—Pues localízala, porque ese señor trae un cabreo fatal , —Tomó el teléfono, y luego de 15 minutos, nada que contestaba—.

-—Aileen, el señor se va ir, date prisa.

—No me contesta el teléfono.

-—Entonces.., ¿Qué hacemos?

—Pídele el documento, voy a entrar.

—¿Qué?, ¿acaso te has vuelto loca?, si entras te despedirá.

—Si ese señor no se lleva firmada esa póliza también lo hará.

—Aileen, no lo hagas.

—Tráeme el papel, —Tomó el documento y camino hacía la oficina de Dominic, vaciló por un momento antes de entrar, pero a la final giró la perilla de la puerta e ingresó a la oficina—.

—Señor Dominic, necesi, —Las palabras se le quedaron a medias al ver al hombre que se encontraba sentado tras el escritorio—, ¡Oh por Dios!

      

                           Capítulo 4

La puerta se abrió dejando ver a su paso a una joven como de unos veinte años, no era alta, su estatura no pasaría del metro sesenta y cinco, de cabello castaño oscuro y rizado, con ojos color cafés , los mismos que se encontraban cubiertos por unos lentes, de labios pequeños y bien formados, probablemente latina.

-¡Quién te dijo que podías entrar!, —El papel se le fue de las manos al escuchar el grito haciéndola reaccionar, frente a ella un hombre de cabello negro y tés blanca, con ojos rasgados de un color azul intenso, 1.77cm de estatura, facciones y pómulos bien definidos, la mitad de su rostro se encontraba cubierta por una especie de máscara que parecía de metal, al más puro estilo steam punk, se acercó a ella totalmente descontrolado, y le ordenó que saliera de la oficina—.

—Lo siento señor…yo, —Se intentó disculpar, pero él no la dejaba hablar—.

—Te he dicho que salgas, ¡fuera de aquí!

—Señor, ¿podría escucharme un momento por favor?, lo que tengo que decirle es de suma importancia.

—¡Fuera!, —Volvió a repetir furioso—.

—Pero señor…

—¡Que salga!

—Maldita sea señor, —Le alzó la voz—, puede dejar de gritar como loco por un segundo, ¿y escucharme?, —Se cubrió la boca con la mano al darse cuenta de que le había gritado a su jefe, y entonces el silencio se apoderó del lugar, la miró incrédulo sin creerse aún que aquella joven lo había mandado a callar, a la vez que lo había llamado loco—.

—¿Qué pasa aquí?, ¿por qué tanto griterío?, —Preguntó la hermana de Dominic entrando en la oficina para ver qué pasaba, y se topó con Aileen, ahora comprendía todo, había hecho lo que ella tantas veces le dijo que no hiciera—.

—Saca a esta mujer de mi oficina en este mismo momento, y has que pase por recursos humanos para que le den su liquidación.

—¿Liquidación?, —Preguntó Aileen—.

—Si, liquidación, estás despedida.

—Pero…

—Sin peros, ahora sal de aquí.

-Sal linda, —Intervinó Krubscabia—, y espérame afuera

—Sí señorita, —Salió y pronto se vio bombardeada de preguntas por Cris—.

—La quiero fuera de mi empresa.

—Pero Dominic, —La interrumpió—.

—Pero nada, no quiero a esa insolente aquí.

—Pero ha sido mi asistente por 4 años, no puedes echarla así porque así.

—¿Cuatro años?, ¿qué edad tiene esa niñita insolente?

-Ninguna niñita, tiene 27 años, y es una gran trabajadora.

—La quiero fuera.

—Por favor Dominic, no ha sido su culpa, era algo importante, por eso ha entrado.

—¿Y por eso me ha gritado?

—¿Te grito?

—Sí, textualmente me ha dicho «Maldita sea señor puede dejar de gritar como loco por un segundo, ¿y escucharme?, —Una sonrisa se formó en los labios de Krubscabia al escuchar a su hermano—, no te rías, —La censuró—.

—Sé que Aileen puede ser algo inoportuna a veces, pero estoy segura que esto tiene una explicación.

—No, es no, se va y no se habla mas.

—Pero..

—Que no se habla más he dicho.

—Eres un terco, —Zumbó la puerta y salió de la oficina para hablar con Aileen—.

—Vamos Aileen, ¿Cómo es?

—No te diré nada Cris.

—Por favor, —Rogó—.

—No

—Aileen, necesito que hablemos, ¿puedes venir a mi oficina por favor?

—Sí señorita Krubscabia, —La siguió rogando internamente que no la vayan a despedir, necesitaba el trabajo, y como la despidieran tendría que trabajar de nuevo en la pastelería del tío de su mejor amigo Gabriel.

                            Capítulo 5

¿Qué más podía pasar?, había hecho lo que su jefa tantas veces le había dicho que no hiciera, y como si fuera poco, había mandado a callar al dueño de la empresa., ¡Ay Aileen!, ¿por qué eres así?, —Pensó—, su amigo Gab siempre le había dicho que ese genio suyo le traería problemas, y ahí estaba el más claro ejemplo de lo que pasaba cuando ella no controlaba su lengua, desde pequeña siempre había sido impulsiva, y no medía las consecuencias de lo que hacía, y ahora que Krubscabia le había dicho que el señor Dominic no estaba dispuesto a reconsiderar la idea de no despedirla, ahí iba ella otra vez con ese genio suyo a fregarlo todo de nuevo.

Abrió la puerta de la oficina de Dominic y la zumbó a sus espaldas, para que nadie más los oyera, la reacción fue inmediata, la mirada de Dominic se quedó en ella estudiándola, estaba furiosa, de eso no había duda.

—¿Se puede saber por qué me ha despedido?

—¿Disculpa?, —Preguntó incrédulo ante la actitud de la chica—.

—¿Qué por qué me ha despedido?

—No me la puedo creer, ¿enserio quieres que te lo diga?

—Si.

—Me has llamado loco, y has mandado a callar, ¿es que acaso no te parece motivo suficiente?

—Pues no, además, usted empezó y por eso yo reaccioné así.

—¿Estás culpándome?

—Claro que sí, si usted se hubiera callado, yo no hubiera tenido que alzar la voz, ¿ve lo que consigue cuando no escucha a los demás?

—Esto es increíble, en serio, ¿sabes?, no entiendo como aguantaste 4 años en esta empresa, ahora sal de mi oficina.

—¿O si no qué? —Lo retó—, ¿me despedirá?

—No, eso ya lo hice.

—Es un….

—Mucho cuidado con lo que dices linda, —La interrumpió Krubscabia—.

—Déjala que termine.

—No más Dominic, —Lo censuró—, estás provocándola, linda, —Dijo tomando de las manos a Aileen, sé que estas enojada, pero esto no arreglará en nada la situación.

—Esto no es justo, —Se quejó-—.

—Lo sé, pero es mejor dejar las cosas así, mira, te prometo que yo mismo te ayudaré a encontrar otro trabajo, pero por ahora es mejor que te vayas a casa.

—Pero…

—Que salgas, ¿o es que acaso quieres que te mande con visto bueno para que no te reciban en otra empresa?, —Amenazó Dominic, —Pasa a recursos humanos por tu liquidación, —Lo miró entre el asombró y el enojo, tras aquella amenaza, pero decidió no discutir más, el día ya había sido lo suficientemente malo como para empeorarlo más, respiró y contó hasta 3, debía guardar compostura, calmarse, «El crimen no es legal Aileen» -se obligó a repetir mentalmente-, caminó con dirección a la puerta y se preparó para salir, no sin antes voltearse para mirar a Dominic y decirle:

-Sabe señor, quién diría que con esa cara tan bonita, iba a ser usted semejante cabrón, -Dicho esto aventó la puerta a sus espaldas y salió echando maldiciones que solo ella era capaz de oír, por su parte Dominic se quedó en silencio, era la primera vez que alguien a quien despedía se le enfrentaba de esa forma, nunca antes lo habían hecho.

Krubscabia lo observó por un momento corto, y pronto se echó a reír.

—No es gracioso

-Lo siento hermanito —Se disculpó—, es solo que esa chica -volvió a reír-, te ha piropeado e insultado al mismo tiempo, no sabía que eso era posible

—Yo creo que está loca, ella no es normal.

—Lo sé, ¿no quieres reconsiderar su despido?

—No.

—Dominic, en un par de meses me casaré, y me iré de luna de miel, y tú necesitaras una asistente, y ella iba a ser mi reemplazo.

—No, yo me encargaré de conseguir la asistente.

—Eres terco y así no se puede, nos vemos en la noche -se despidió—.

Aileen estaba furiosa, se dirigió hasta la oficina de recursos humanos con Cris pisándole los talones.

—Vamos mujer, habla ¿cómo es?

—Acaban de despedirme, ¿y tú me sales con estas?

—Vamos Aileen.

—No voy a decirte nada, y ahora déjame sola.

—Señorita Aileen, pase, ,—La llamó Rayan, el jefe de recursos humanos—, en unos minutos le daré su cheque, señor Dominic, —Habló por teléfono—, la señorita Aileen ya está aquí,—No sabían de que hablaban, pero al parecer necesitaba que el jefe firmara la carta de despido, colgó la llamada sin percatarse de que el teléfono había quedado mal puesto, permitiendo que Dominic escuchara todo lo que pasara, ni Rayan ni Aileen se percataron de eso, por lo que la dejó en la oficina hasta regresar con el documento firmado.

Continuara……

             

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