Los últimos recuerdos

La mayoría tienen hermosos recuerdos de sus abuelos en cambio yo solo conocí a mis dos abuelas y aun las tengo, siempre envidie a todos los que tuvieron abuelos yo no tengo ningún recuerdo porque fallecieron antes de que naciera y no llegue a conocerlos.

Los recuerdos son pedazos de nuestra mente cosas importantes que por mucho que desees olvidarlo más lo recordaras, el padrino de mi padre se convirtió en el abuelo que nunca tuve, él era un hombre mayor de 90 años al que le encantaba contar sus historias cada vez que venía a mi casa.

Recuerdo que un 12 de marzo algunos familiares hicimos un viaje a para visitarlo ya que en esos momentos se encontraba fuera de la cuidad me preguntaba y me decía:

  • ¿Estará igual o habrá cambiado?

Aquel día el viaje fue por varias horas, fue cansado, pero al solo pensar que vería a mi abuelo me emocionaba después de varias horas llegamos a nuestro destino, bajamos del auto y sentí nervios al entrar a casa del abuelo, al entrar vi a muchas personas, pero no lo encontré me preguntaba:

  • ¿En dónde estaba? Muchas otras visitas se encontraban en el patio y tenían miradas de preocupación.

Entre al cuarto y lo vi desgastado, abatido por el pasar de los tiempos y la enfermedad que lo consumía, los cabellos blancos, el dolor al verlo en esas condiciones era inmenso que aguanté y fingí que todo estaba bien.

Decía que estaba estorbando y que ya no querías vivir que prefería la muerte, pero nosotros lo necesitábamos.

Recuerdo cuando me quede acompañándolo estabas durmiendo y cuando se despertó me pidió que lo ayudara a ponerse de costado cuando lo toque estabas tan frío y su cuerpo estaba tan pesado, la tristeza me invadía a cada momento muchas veces quería llorar y tuve que aguantar.

Al estar a su lado era bueno, pero no eso no duraría mucho tuvimos que volver a casa por algunas razones.

Antes de regresar nos despertamos muy temprano entramos a despedirnos y recuerdo tus palabras, aunque no podías hablar mucho, pero los recuerdo claramente cada una de ellas.

Al estar sentada ya en el auto iba pensando si te volvería a ver, recordando las cosas que me decías recordando en como tenías las manos frías como las piedras del rio, tu voz como el canto de las aves en primavera opacada por el sonido del rio.

Un año después el abuelo regreso a su ciudad natal el mismo lugar donde vivía yo, en esa ocasión ya estabas mejor.

Recuerdo que el 9 de julio era una mañana muy fría los rayos del sol empezaban a brillar.

Mi madre y yo íbamos de camino a su casa llevándole el desayuno cuando tocamos su puerta, nadie respondió entramos y la cama estaba vacía, fue demasiado extraño.

Cuando nos fijamos muy bien se encontraba en el suelo nos asustamos muchísimo ya que estaba boca abajo y parecía que ya había dejado de respirar, me asuste y salí a buscar ayuda cuando regrese ya estaba sentado y estaba perfectamente bien, luego regrese a casa para abrir la tienda y atender.

Aunque esto paso hace mucho tiempo atrás mis recuerdos me llevan una y otra vez en esos tiempos en la cual fue doloroso, pero por alguna razón hoy los recuerdos vuelven a mí.

En esos instantes en la cual tome la mano del abuelo las tenía muy fría como piedras del rio tan frías que con tocarlas enfriaban las mías.

Sus últimas palabras como el canto de las aves, esas últimas palabras que va desapareciendo como la brisa con un fuerte viento…

Recuerdo que en la tarde fui a casa de una tía, cuando ya iba de regreso a casa del abuelo me dijeron que el necesitaba descansar.

Al día siguiente tenía muchas cosas por hacer por lo que no tuve tiempo de ir a visitar a mi abuelo luego iba de camino cuando me topé con mi hermana menor que me dijo:

  • Que ya se había ido de que ya no estaba en este mundo.

En esos instantes una sombra oscura me cubrió en su manto y me ahogaba, el dolor fue tan intenso, el dolor en el pecho fue la misma sensación que un vaso de cristal rompiéndose, pero no es un vaso, es el corazón que se rompe y la dificultad de respirar que te hace sentir que la vida se te va…

Tome el camino de regreso a casa del abuelo y al entrar en su casa vi muchas personas pero también pude comprobar que mi abuelo ya no estaba donde lo deje, vi que ya no me esperaba y que ya había dejado esta vida, no podía creerlo, salí y volví a entrar para comprobar si era verdad lo que había visto, lo busque y no pude encontrarlo solo encontré un ataúd blanco por lo que me hacía varias preguntas y me decía a mí misma:

  • ¿Quién está ahí?
  • ¿Qué hay ahí?, en verdad mi abuelo está ahí no lo creo.
  • ¿Dónde está mi abuelo?
  • ¿A dónde llevaron a mi abuelo?
  • Que hacen estas personas aquí.
  • Que hago…

Por dentro gritaba quería salir corriendo y buscar a mi abuelo por donde solía caminar, en esos momentos alguien me dijo que me acercara para verlo, pero cada paso que di para acercarme fueron obligados a acercarse fue esa sensación extraña como si alguien me empujara.

Al no poder soportar la tristeza, el dolor y el sufrimiento cayeron las primeras gotas de lágrimas seguidas por más y más… al no poder detenerme salí, corrí hasta llegar a una esquina en esos momentos el dolor que sentí fue demasiado fuerte e insoportable.

De pronto una pequeña esperanza hacía que me calme, no podía creer, me costaba mucho, sentía que la vida no era nada.

Así empezaron a pasar los días y iba a menudo por la puerta de su casa con la esperanza de volverlo a ver.

Al no encontrarlo decidí ir al cementerio donde fue enterrado todas las tardes iba a verlo se había convertido en un habito para mí, también en la esperanza de verlo otra vez, fue la razón de seguir con vida.

Cuando se fue me sentía sola, esa persona que dejo un gran vacío fue mi abuelo Daniel a quien muchos recuerdan cada 10 de julio, en cambio yo siempre lo recuerdo nunca olvido siempre lo llevo en mi corazón.

Aun duele haberlo perdido, pero no niego que el tiempo me ayudo a sanar, pero esos recuerdos jamás se podrán olvidar, porque siempre formara parte de mi pasado y mi presente…

GRACIAS… Perdón por las faltas ortográficas o si me equivoco en algún punto.

Etiquetas: recuerdos tristeza

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