Nacemos más para morir que para vivir,
Parece que solo nacemos para retorcernos
Y, ¿Quién desearía vivir entre lamentos?.
Y el humano vive para ser mártir,
Que desde niño nace y cae, crece y los golpes
De la vida con el, llega a encontrar el amor
O un odio profundo y todo termina al hundir
La mente en el sueño infinito llamado muerte.
Es así que las flores nacen y se marchitan,
Las estrellas brillan y se extinguen…
Aún el mundo, el sol y la galaxia que ahora existen
En algún momento dado se terminarán.
Pero hay que comprender que la muerte
No es más que una transformación
Y que no terminan abruptamente
Sí se ha vivido con honor, la compensación
De la vida bien vivida, la vida infinita.
Pero dónde hay tristeza siempre habrá alegría,
Aún cuando pasen las horas y los años llegará,
La pena de la ausencia convertida en dolencia
Sanará a contra conciencia inconsciente ante la ciencia.
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