Cuando era una joven de 23 o 24 años…salía al balcón del departamento familiar, por cierto un piso muy lujoso y con un gran balcon, y me decía a mi misma….quiero volar…..!!!
Era un deseo muy profundo que me explotaba en mi cabeza y hubiera querido gritarlo a viva voz para que se enteren todos que me sentía presa aunque tenia la libertad y los medios para hacer lo que quisiera….pero volar no.. claro.
Volar era una forma de decirme a mi misma…quiero ser libre para experimentar la vida, equivocarme, tomar mis propias decisiones y no depender de nadie. Lógicos pensamientos que algunas personas tienen cuando son jóvenes…pero yo sabía que eso tenía un precio alto. Ese precio era renunciar a todas mis comodidades y lujos que hasta ahora tenía, no me importaba estaba dispuesta a pagarlo.
Y lo hice…me fui a buscar mi vida a otra ciudad a Buenos Aires (solo a 320 km. de mi ciudad natal Rosario). La excusa, me había «enamorado» de un porteño que me ofreció vivir con el; en parte era verdad me había pedido eso pero yo no estaba enamorada…era la única forma de escapar.
Mis padres no lo entendieron, se enojaron, lloraron, me suplicaron….pero yo cuando tomo una decisión es irrevocable. Sola con mi valija partí desde la estación de trenes….nadie fue a despedirme y jamás me perdonaron el hecho de dejar el nido.
Pero Buenos Aires me abrió sus puertas amablemente y pude encontrar trabajo solo a los 3 días de haber llegado y a los 3 meses pude alquilar un pequeño y horrible departamento en un barrio peligroso y muy viejo de la ciudad. No tenía donde dormir….y lo hice sobre unas bolsas de ropa que había traído de mi anterior morada.
Hace 32 años que vivo en Buenos Aires, casi estoy jubilada y tengo mi propio departamento que comparto con mi marido desde hace 22 años pero apareció nuevamente mis deseos de volar. Tengo 59 años pero mis ganas de escapar están intactas, esta ciudad dejó de sorprenderme y necesito experimentar nuevos desafíos, explorar otras culturas y conocer gente diferente…equivocarme también. Buenos Aires se acabó para mi, se le terminó la magia. Pero ya no tengo lo mas importante que hay que tener para poder volar con seguridad y llevarse el mundo por delante….la juventud.
De nada me arrepiento y creo que venir a Buenos Aires fue la mejor decisión que tomé en mi vida y aprendí mucho, maduré, crecí en la adversidad y superé todas las pruebas que me dio la vida. Experimenté muchas cosas maravillosas aquí que jamás hubiera podido vivirlas en Rosario, pero lo mas importante de todo es que me siento orgullosa de mi…pude volar y crecer.
OPINIONES Y COMENTARIOS