La verdadera naturaleza humana no está en el caos como muchos suelen pensar. La naturaleza de la humanidad se halla en la desesperanza, en esa necesidad que tenemos de rendirnos ante lo inevitable. El protagonista de este relato solo tiene un objetivo, y ha decidido moverse a pesar de la desesperanza que invade al mundo.
El color es un algo con que todos nacen, pero que pocos guardan, porque es difícil de seguirlo sin saber a qué te enfrentas, pero no hay nada que temer; el color solo te guía y si lo pierdes, siempre habrá alguien con esa pizca de color que te falta.
En medio de una tarde-noche el ambiente discreto es interrumpido por un extraño y fugaz silbido. Su aire tan sobrenatural atrae con empeño mi atención. ¿Quién sera el responsable?
A pesar de que el tiempo es algo en su totalidad relativo, no siempre es imposible la idea de viajar en él. Si, viajar en él, como si estuviese hablando de un transporte para moverse por la ciudad, un tren, un colectivo, un auto o una mismísima bicicleta. Suena atractivo tener la posibilidad de viajar...