Obras Independientes

Tosco, un tanto bruto, ese hombre de manos grandes y panza prominente había sido obrero electromecánico toda su vida...

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No sirvieron las espadas aquella noche en que hundiste tu daga en mi corazón. Su filo, tan certero, no dejó rincón sin herir. El dolor se extendió como una sombra interminable, un río oscuro que me arrastró hasta un abismo donde ya no supe distinguir si lo que corría por mis mejillas eran lágrimas o...

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