Solo un diario donde pongo mis pensamientos, donde me expreso de la manera que mis labios no pueden pronunciar, donde puedo decir todo sin recibir algún mal comentario.
Todos buscamos un lugar donde arrancar los frutos del cada día. Los huertos que crecen en la mente y que crecen según han sido plantados en la conciencia. En mi caso, varios de ellos se alzan y se marchitan con los rayos del sol y el oscurecer de la luna. Toca cortar la mala maleza...
Cuando el insomnio ataca, el pensamiento comienza a acelerar las neuronas a más no poder, sumarle un corazón enamorado resulta en una noche sin escapatoria, hasta que las conclusiones se encarguen de derramar una lágrima indicadora de tiempo.
Hay días en los que nos despertamos con cierta confusión sobre nuestra vida, nuestro físico, nuestras decisiones... Y justamente esos son los días en los que quisiéramos no molestar a nadie con nuestras inseguridades de siempre, que de vez en cuando afloran, y decidimos escribirlo: Mantenerlo en privado con nosotros mismos exteriorizándolo de alguna manera.
Estos diarios han sido creados con la finalidad de darle un encanto lírico a la vida cotidiana. Buscar un idioma de ensueño para narrar las aventuras de un ser de otro mundo viviendo en esta realidad dormida por tantos estímulos. Las entradas se actualizan todos los días, en horas especiales.
¿Por qué los brazos se sienten tan asfixiantes?, mi piel no respira al tacto ¿seguirán ahí los fantasmas de cada persona que lo hizó en el pasado? Me atormenta no poder recibir un abrazo y me repugna la idea de uno. Mi espacio ha sido invadido constantemente, con la libertad que siento ahora rechazo a...