Una cita perfecta, comida magnífica, una buena conversación sobre la vida. Al fin y al cabo, una noche perfecta como todos deseamos. ¿O no? Quizás, eso no es suficiente. Mientras Píramo y Donatella bailan, un invitado más espera por ambos. ¿Hasta qué punto nos damos cuenta de lo que tenemos cuando hemos perdido tanto?
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