Una historia llena de color, aventuras y fantasías con un mensaje muy claro de la vida de estas criaturas que les abrimos nuestros hogares y corazones.
—¿Así que el señor se va a Brasil? —me dijo Mauro, mi compañero de cubículo, mientras jugaba con una engrampadora. —Así es. Ya era hora de un descanso. Al final la saqué barata, ¿no? —Ellos fueron los que la sacaron barata. Dicen que la empresa está con cagazo a una demanda por acoso...
Había una vez un dinosaurio, perdón un loro, perdón un pollo que vivía en su lindo gallinero, pero no era cualquier pollo. Este era gris con pequeñas manchitas negras esparcidas por todo su largo cuerpo y cuello, su cuello era grueso como la melena de un león y tenía unas simpáticas barbas a los lados...