Ningún niño –jamás– debería conocer las puertas del infierno. Lo malo de esto es que lo que se conoce, se normaliza. Y la pobreza coloreada de rosa sigue siendo pobreza, por más flores que le queramos poner para adornarla. Esta historia no busca entretenerte. Busca recordarte que hay verdades que duelen, pero también curan. Patricia...
Seguir leyendo
3
0