EL PILAR DEL MUNDO

EL PILAR DEL MUNDO

Pablo Valdez

29/07/2020

   Hace cientos de miles de años, en alguna parte del mundo, había una aldea muy pequeña, aislada de todo, llamada Termoforum, para vivir felizmente y no sufrir las tragedias que provocaba la sociedad; pero existía un rey que quería ser el dueño del mundo entero: Zedlav. Cuando estaba en su gran castillo llegó Lába; uno de sus soldados más fuertes y fieles, quien también era su mano derecha –Señor, descubrimos algo que le podría interesar.

–¿Qué es?

–Hay una mujer que dicen que es la esencia de la vida, así que debe ser importante para que pueda conquistar todo el planeta.

–¿Crees que al tenerla ya todo será mío?

–Es muy posible.

–Y ¿por qué crees eso?

–Porque no solo es la esencia de la vida, sino que tiene un secreto que podría cambiar toda la humanidad, y por lo que me contaron es algo muy poderoso.

   El rey mostró cara de mucho asombro –Me interesa, y ¿quién es?

–Su nombre es Paulina de Termoforum, el problema es que vive muy lejos de aquí, hay que cruzar todo el océano.

–Eso es lo de menos, preparen todos los barcos que saldremos ya mismo.

–Sí, señor.

   El rey partió con toda su tripulación, siendo unos 10 barcos gigantes, destinados al otro lado del mundo para encontrar a esa mujer y poder lograr su preciado anhelo.

   Luego de un viaje de casi un año y perder más de la mitad de sus navíos, quedando solo cuatro, tras las grandes e innumerables tormentas que tuvieron que afrontar, finalmente llegaron. Se instalaron cerca de la aldea, haciendo allí su campamento –Ahora a buscar lo que quiero– le ordenó el rey a Lába.

–Sí, señor– le contestó él e inmediatamente salieron en caballos rumbo a Termoforum.

   Al llegar, entraron brutalmente, empezaron a atacar a sus habitantes y juntar en el medio de la aldea a todas las mujeres de distintas edades que encontraban; siendo un total de 100, ya que no sabían exactamente la edad de la que buscaban –¿Cual de ustedes es Paulina?– les preguntaba Lába.

   Nadie contestaba –Estamos es Termoforum ¿verdad?

   Seguían sin decir ni una sola palabra. Lába fue hacia donde tenían detenido a los hombres ahí cerca –A ver si alguno de ustedes puede responderme lo que ellas no quisieron.

   Lába al notar que nadie cedía a su pregunta, levantó a un anciano y lo puso de rodillas colocando su espada cerca de la yugular, en frente de todos –No conocemos a nadie con ese nombre– le contestó una niña.

–¿Ah no? –expresó Lába y lo degolló.

   Tanto los hombres como las mujeres sólo miraban lo que acababa de hacer Lába –Y ¿ahora? ¿alguien la conoce?– Lába al ver que no tenia respuesta –Bueno, parece que aún así nadie responderá, así que será en vano seguir sacrificando gente, llevémosla a todas– concluyó Lába y el resto de los soldados empezó a agarrar a cada una y tomaron la vuelta hacia el campamento. El sol empezaba a ocultarse mientras llevaban a las prisioneras, un momento después todas ellas comenzaron a morirse.

–Lába mira– le dijo uno de los soldados al ver lo que sucedía.

–¡No puede ser! ¿¡por qué!?

–¿Qué vamos a hacer?

–No sé, esto no le gustará nada al rey, quizás están fingiendo, fíjense bien si es que en realidad están muertas.

   Todos los soldados hicieron lo que Lába les ordenó, hasta que se aseguraron –Efectivamente, están sin vida– les comentó uno.

–¡No puede ser! El rey nos matará– manifestó Lába totalmente preocupado, hasta que se le ocurrió algo –Lo que podríamos hacer es buscar a otra mujer y llevársela, diciéndole que ella confesó que es Paulina, así nos ahorremos la molestia de llevar tantas.

–Pero no será la que él busca – le respondió otro de los soldados.

–Sí ¿preferís morir?

–No, está bien y ¿que haremos cuando vea que la que le llevamos no es la que él quería?

–Nunca lo sabrá, la enseñaremos bien para que lo convenza.

–No sé si nos creerá; aunque bueno, intentémoslo.

–Inmediatamente fueron a buscar otra aldea. Encontraron una y secuestraron a una joven, y antes de llegar al campamento– ¿Cómo es tu nombre? – le preguntó Lába.

–Sara.

–Bien Sara, cuando lleguemos al campamento harás todo lo que te voy a decir, si es que quieres vivir.

–¿Qué tengo que hacer?

–Así me gusta, lo primero y principal tienes que decir que te llamas Paulina, no te lo olvides, de seguro te preguntará cual es el secreto que sabes y le dirás que no es momento de decírselo, que cuando vuelva a su palacio lo harás.

–O sea ¿que tengo que irme de aquí?

–Y sí, no hay otra opción, la que le interesaba murió hace un rato en el camino y si le dices algo que no es correcto notará que es mentira y nos matará a todos, así que es conveniente hacer lo que te digo ¿entiendes?

–Sí– le contestó Sara con poca seguridad y tristeza en sus ojos.

   Llegaron a dicho lugar –Señor, aquí está, como se lo prometimos– Lába dirigiéndose al rey mostrándole la joven.

–¿Por qué demoraron tanto?

–Lo que pasó que nadie quería decir quién era, así que tuvimos que ejecutar algunos hombres para que nos digan y finalmente otra joven confesó.

   Él se acercó a ella –¿Tu eres Paulina de Termoforum?

   Sara cabizbajo no decía nada.

–Debe estar con miedo– expresó Lába.

–No me hagas repetir la pregunta de nuevo.

–No– respondió ella y el resto quedó paralizado por lo que acababan de escuchar.

–¿¡Qué!?

–No soy la que busca, soy Sara de Crala– le replicó ella y Zedlav miró con bronca a Lába y a todos los demás.

–¿Por qué hicieron esto? ¿dónde está? – dirigiéndose a Lába.

–Estábamos trayendo a las mujeres de Termoforum porque ninguna quería decir cual era y murieron todas en el camino, no tenemos ni idea por qué pasó eso.

–Zedlav miraba a Lába con un rostro totalmente disgustado por mentirle, desenfundó su espada para cortarle el cuello y el otro resignándose, hasta que– Yo si sé que pasó – intervino Sara.

–¿¡Qué!?– le preguntaron absolutamente todos al mismo tiempo.

–Murieron porque seguro que el sol ya se había ocultado y estaban lejos de su lugar.

–Ahora que lo dices recuerdo que estaba anocheciendo cuando sucedió eso– reflexionó Lába –O sea que ¿mañana temprano ya estarán vivas de nuevo?

–Así es.

–Apenas salga el sol iremos a esa aldea y me dirán quien es Paulina de Termoforum– Expresó Zedlav reflejando un gran orgullo en su cara– Y Lába cuando termine todo esto te mataré– añadió el rey.

–Sí, señor.

   Apenas se hiso el amanecer, el rey Zedlav y toda su gente salieron en caballos hacia Termoforum, incluida Sara quien era llevada por Lába.

–¿Por qué no me dijiste que sabias la causa de esas muertes? La interrogó Lába.

–Porqué nunca me lo preguntaste.

–Es verdad, y ¿por qué no hiciste lo que te dije?

–Cuando me dijiste que si no hacia lo que me decías iba a morir y eso no me importaba porque ya no iba a poder ser libre, luego agregaste que me iba a tener que ir con ustedes y tampoco quería, así que me daba lo mismo cualquiera de las dos opciones, por eso no seguí tu plan.

–Ah, esa fue la razón de decir que no eras Paulina y ¿por qué no dijiste del principio que la conoces?

–Porque no la conozco, no sabía su nombre, nadie que no es de esa aldea la conoce, solo que allí hay alguien fundamental para la vida por saber algo desconocido para todos, y me imagino que por eso vinieron.

–Así es.

–Y ¿por qué tiene tanta obsesión por ese secreto?

–Porque quiere ser el dueño de todo el mundo.

–Ah, ya entiendo todo y ¿Quién es?

–El rey Zedlav, viene de una familia que siempre quiso conquistar el planeta entero, desde que la humanidad existe, él sigue el legado de su padre, este lo siguió de su abuelo y así sucesivamente, hasta el día de hoy ninguno de ellos lo pudo lograr. Él espera con ansias que finalmente llegué ese día en el que todos lo adorarán, ya que viene buscando esto hace cientos de años.

–¿¡Qué!? ¿cuántos años tiene?

–Cerca de dos mil.

–¿¡Que!? ¿cómo es posible que pueda tener tantos?

–Se cree que es tan grande el deseo que tiene su familia de conquistar el mundo entero, que a medida que pasaron los años, ese deseo se convirtió en inmortal y va pasando de generación en generación y eso parece que también hace que cada heredero viva muchos años más a diferencia de lo que puede vivir cualquier otro ser humano.

–Y ¿or qué todos sus antepasados y él quieren ser dueños del mundo?

–Porque alguna vez lo fueron y se lo quitó alguien muy poderoso hace miles de años.

–Ah o sea que quiere recuperar lo que fue de su familia.

–Sí, se dice que jamás se dieron por vencidos en recuperarla– concluyó Lába y Sara quedó totalmente sorprendida después de todo lo que había escuchado.

–Y parece que tampoco tienes miedo de morir, porque te noto muy tranquilo.

–Efectivamente, me lo merezco por mentirle.

   Finalmente llegaron a Termoforum, todas las mujeres ya estaban de vuelta, las volvieron a reunir como la vez anterior– Bueno, veo que están vivas otra vez, vino el rey para que le digan a él en persona quien es Paulina– les dijo Lába.

   Ninguna decía nada, hasta que en un momento –Soy yo– contestó una y el rey se encaminaba a ella.

–Está mintiendo, yo soy Paulina– expresó otra.

–No, yo– intervino una más y así otras también, Zedlav quedaba mirándolas sin saber qué hacer.

–Veo que la están defendiendo y lo están complicado, les doy una última oportunidad para que me digan en verdad quien es Paulina de Termoforum– les pidió el rey enfurecido.

–Yo soy la que en realidad buscas– respondió una joven.

–¿Lo dices en serio?

–Así es, mi nombre es Paulina ¿Qué es lo que buscas?

–Tu gran secreto.

–No puedo, justamente por esa razón, por lo que es un secreto, podrían suceder grandes consecuencias.

–No importa, me lo tienes que decir igual, estoy seguro que con eso el mundo será mío y de mi familia nuevamente– manifestó Zedlav y Paulina solamente lo miraba.

–Discúlpame, pero no puedo.

–¡A mí nadie me niega nada!– Vociferó él, se dirigió a ella y agarró su brazo izquierdo brutalmente –¿Me vas a decir? ¿Sí o no?

–No– le contestó decidida.

  La soltó con rostro de disgusto– Bueno, ya me cansé con esto de rogar, matala; quizás así el planeta entero estará a mis pies– le ordenó a Lába y él sin dudarlo, agarró su espada, todos en la aldea trataban de evitarlo; pero finalmente fue degollada sin piedad.

–¡No! ¡Que hicieron!– Le reprochó una mujer al rey –¡Ella existió desde que el mundo fue creado, siendo el único ser humano durante millones de años y era el por qué de todo esto!

–¿Qué quieres decir con eso?– le preguntó Zedlav y un santiamén después empezó un gran terremoto que fue destruyendo totalmente todo y dejando sin oxigeno a los humanos y animales que fueron muriendo lentamente y el mundo quedó desierto. A partir de ahí comenzó otra era y el secreto jamás podrá ser revelado.

Fin

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