Tal vez fué un sueño.

Tal vez fué un sueño.

iba camino a casa, eran aproximadamente las dos de la madrugada, ocupaba un asiento casi al final del pasillo de un bus frío y casi vacío. Unas paradas mas adelante abordaron un par de personas una de las cuales se sento a mi lado y su primer acción fué observar mi reloj; queriendo ver la hora sin tener que preguntarme, rápidamente se dio cuenta que el mismo estaba detenido, yo la miraba a los ojos sin pestañear con esa técnica característica de quienes intimidamos con la frialdad de una mirada. espontáneamente me dijo:

–  yo también odio ver el tiempo pasar, todo lo destruye.

mi ceño intentó fruncir, pero en una fracción de segundo me repuse y agregué: 

– solo se quedo sin baterías- con una sonrisa fingida y frotando mis brazos por el frío inerte de aquella madrugada.

No se quedó callada y sin tener que preguntarle se presentó de esta manera: 

– algunos me llaman vida, estoy experimentando el estar por primera vez dentro de un cuerpo humano y la verdad ¡son muy huesudos!- Acotó en tono de chiste con una sonrisa en tono agradable, pero la verdad no me sentía a gusto con esa mujer a mi lado.  

prosiguió: – solo me acerco a las personas en las madrugadas y después de saber que hora es, me presento rápidamente y les pregunto: ¿Tienes algo que me quieras decir? Y cuento el tiempo que tardan en responder. 

Mientras me decía esas palabras dejó ver su rostro completamente, el cual no se dejaba ver del todo por un velo color gris que usaba muy ajustado a su cara, pude ver como en el negro de sus ojos se reflejaba un vacío más temeroso que intenso, estalló un escalofríos en toda mi humanidad, mi mirada se perdió en cualquier parte del de ella que no fuese su cara que por lo poco que pude detallar estaba demacrada; palida y casi no movia sus labios al hablar que estaban cuarteados cómo si viviera expuesta constantemente a bajas temperaturas, sus uñas estaban destruidas como si la onicofagia fuese parte de su vida, su ropa era bastante casual pero vieja, no parecía obrero tampoco mendigo.

Yo argumenté: para decirte tengo muchas cosas pero temo que el viaje sea muy corto y no vaya a alcanzarme el tiempo y no quisiera desperdiciar mis palabras gracias a la prisa.

Las manos me temblaban; no podía controlarlas, busque en mi bolsa un pedazo de papel y no consegui ninguno aunque estaba mas que seguro que tenía facturas viejas dentro de la misma, opte por romper una hoja de el libro  de relatos que estaba leyendo en aquel entonces “el ser en el umbral – H.P. Lovecraft” justamete el pedazo que pude rasgar solo decía “umbral” por detrás escribí como pude una dirección no muy cercana a casa y se la entregué sin ver sus manos mientras le decía: mañana a las tres de la tarde nos podemos ver en ese lugar, por favor no ocultes tanto tu rostro.

Pedí rápidamente la siguiente parada que el bus anunciaba, no era mi destino pero esa mujer ejercia una presión dentro de mi pecho que no podía controlar, sentía mis latidos en los dedos, en la garganta, la vena en mi frente iba a explotar. Pague un taxi hasta mi casa, pude cerrar los ojos a eso de las seis de la mañana, solo dormi tres horas con trece minutos. Cuando desperté estaba lleno de ansiedad y nerviosismo, mi cabeza iba a explotar, encendí un cigarrillo y con la primera bocanada de humo el vómito se hizo presente impregnando el libro que la noche anterior había dejado a un lado de la cama. 

Opté por no conversar con ella, me dedique a escribirle una carta, sentía que no podía conversar con esa mujer, su presencia cortaría mis palabras y mis nervios no me dejarían fluír.

¿Algo para decirte?Tantas cosas misteriosa amiga, empezare por acotar que tienes una prima, amiga, hermana o algún parentezco no se si cercano o lejano, tal vez no tengan nexo familiar y solo sea tu vecina, pero estoy seguro que has oído escuchar de la muerte; ella me tiene al borde, se mete en mis sueños; en mis pensamientos mas profundos, le gusta atacar sin avisar aunque te confiezo que he esquivado sus ataques en mas de una ocasión. Aunque a veces le tema y sienta que la odio no puedo negar que me ha hecho un hombre sabio, por algún misterioso motivo que analizo casi todas las noches; a veces llego hasta las mañanas. Esa sombra calaverica con guadaña en mano visitó a un par de amigos y logro su cometido, se los llevo sin avisar ¡sin un maldito previo aviso! te juro que para esos momentos solo quería que se apareciera en frente de mi para mostrarle la maldad e ira que por mis venas corria, quería desmembrarla, sacar todo lo que en sus entrañas pueda haber (si es que tiene algo) y comer de ello. Con el tiempo fui resignándome a la ausencia de mis seres queridos y en las noches meditando en compañía solo de mis pensamientos empecé a comprenderla, pasaban los años, me olvidé de la irá aunque no de mis amigos, y llegue a comprender que la madurez alcanzada no era posible si ella no fuera llegado a mi vida con sus juegos mortales, el estruendo en mi base fue tan fuerte que tuve que reconstruirme poco a poco, pieza por pieza y hoy en dia la entiendo y quisiera que si tu tienes contacto con ella le muestres estas líneas pero por favor, no permitas nunca que la tenga en sus manos.

A ti directamente “VIDA” te dire que no lo haces bien, tus planes son extraños y espero que en este momento viviendo dentro de un cuerpo humano estes experimentando lo que cualquier otro. Nos mantienes ahogados (unos por cigarro otros por estrés) nos tienes viendo hacia abajo, ya sea por dolores de cuello, espalda, o buscando conseguir algo tirado en el piso, nos tienes esclavizados a un sistema que nos esta carcomiendo de a poco; hasta la medula, nos mantienes impacientes e intolerantes, nos estamos quitando la vida entre nosotros mismos. Impacientes por cualquier cosa, impacientes por que la vida se nos apague. Tu eres un gran enigma, muchos dicen adorarte pero en realidad adoran todo lo que el hombre le coloco de adorno a tu nombre, la mayoría no están haciendo vida sino caminando a la tumba; dormidos, hipnotizados, perdidos, robotizados y por sobre todas las cosas adoctrinados.

¡Mis disculpas! no se si tengas sentimientos pero no podía dejar pasar la oportunidad de decirte que eres mas cruel que cualquier cosa, sin embargo, te voy a agradecer ciertos detalles bastante importantes para mi alma y se que también lo es para muchos, de hecho no creo ser el primero que te diga estas palabras, te agradezco por que haciendo experiencia humana no hay nada mas reconfortante para el alma que el ver crecer a nuetros hijos, esos pequeñines que viven correteando por toda la casa, destruyendo los adornos en la sala, tirando lo que sea al suelo y viendo dibujos animados en la television, esos pequeñitos hacen que la vida valga la pena. El amor de una madre también se lo agradezco mucho es algo totalmente inefable no puedo usar el alfabeto ni mis habilidades con la pluma para realizar tal descripción, solo puedo decir que es un amor que trasciende el alma de nuestra especie. Entre otras cosas también le agradezco encarecidamente la vida silvestre y su diversidad. ¡que aburrida seria esta experiencia si no existieran hijos y madres para abrazar y animales para admirar!

Después de escribir la carta sentí un alivio por dentro, sentí que quite de mi espalda el peso entero de todos los océanos. 

Llegó la hora de entregar el documento, cuando llegué, Estaba ella sentada de piernas cruzadas en un banquillo de metal oxidado casi en su totalidad, leyendo un periódico. Habían varios gatos alrededor de ella que no dejaban de maullar con sus colas erguidas al igual que sus orejas que no dejaban de moverse en todas direcciones.

Me senté a su lado: se la entregue exactamente como la redacté, sin releerla, con los tachones y borrones que me tocó hacer al corregir ciertas palabras y letra poco legible debido a los nervios que me han caracterizado desde temprana edad. Enseguida encendí un cigarrillo y no la vi nunca a los ojos, nisiquiera la salude, ella tampoco hizo gesto alguno, la tomo con sus dedos índice y medio y se dedico a leer.

Al terminar su lectura me dijo sin mover sus labios; su rostro; sus ojos ni manos, como si no fuese ella quien hablara:

– Solo me quedan once horas en este cuerpo, compadezco a ustedes los seres humanos, lo siento, tengo trece días con este proyecto y jamas pensé que seria una experiencia que quiera olvidar, te revelaré un pequeño secreto que a ningún otro he dicho “si lo haces bien acá, te espera una verdadera vida del otro lado.”

Se fue sin despedirse, luego se acerco un niño de unos cinco años que no había visto en los alrededores y me dijo con la voz exactamente qué tenía la anciana “no es mi prima, no es mi vecina, no le temas ni te escondas, algún día será ella quien suba al bus. Somos un mismo ente”

Respondi con una sonrisa pícara, encendí otro cigarrillo y me dedique a jugar con los gatitos.

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