EL VALOR DE UNA PROMESA:
El último día de servicio, por fin iba a acabarse ese infierno. Todo había siso una locura desde el mismo día que había entrado al servicio, había ocasiones en que no sabía ni que estaba haciendo entre el humo el fuego y el sonido de los disparos. Se limitaba a seguir al que tenía delante y disparar cuando oía un ruido.
Si se había mantenido vivo había sido solo para mantener la promesa que había hecho. La mitad de sus amigos habían muerto y el resto no volvía nunca a ser como antes. Cuantos buenos soldados con gente esperándoles en casa habían vuelto en una caja de pino.
El no iba a permitir que eso le pasase, aunque sonara estúpido él había hecho una promesa y pensaba mantenerla.
Recordaba claramente el día que la había hecho. El y María se habían pasado la noche entera sin pegar ojo, mirando cada uno a una esquina diferente y haciéndose los dormidos, para no preocupar al otro.
Mientras desayunaban juntos, ella había puesto una escusa tonta que no lograba recordar y se había ido a llorar al baño. Cuando había salido había mantenido tan bien el tipo, que había sido él, el que rompió a llorar y ella había tenido que consolarle.
Habia permanecido apoyado en sus rodillas llorando desconsoladamente como un niño pequeño, sin saber porque se había levantado y la había dado un beso y, luego otro y otro, y al final habían acabado desnudos en la cama.
Ambos se habían quedado embobados mirando el techo, de repente ella se levanto y mirándole fijamente a los ojos dictamino- te esperare pase lo que pase, pero tú me tienes que prometer que volverás, vivo.
El estuvo a punto de decirle que eso era una estupidez, que era algo que no podía prometer, pero no lo había dicho. Quizá había sido por el fulgor de sus ojos por el brillo que el sudor confería a su piel o por la seriedad de sus palabras. No lo sé, pero había algo en el ambiente que le había hecho creer que cualquier cosa era posible que cualquier cosa que dijera en ese momento estaría destinada a cumplirse y así había sido. Cada vez que se encontraba perdido o en peligro oía la voz de María en su cabeza haciéndole prometer que volvería y eso le daba fuerza para continuar por muy desesperada que fuera la situación.
Conducía por la avenida y había oído la risa de unos niños jugando y eso le había recordado la razón por la que se había alistado en un principio.
Todo había comenzado con una simple foto publicada en un artículo, una crónica de la guerra el cual ya había olvidado en su mayoría, pero la foto se había grabado a fuego en su memoria, si se concentraba aún podía ver perfectamente a los niños cubiertos de polvo, hollin, fango y sangre con una mueca de horror congelada en sus tiernos rostros ,incapaces de aceptar o comprender que los espantosos hechos que habían vivido durante los últimos días eran algo más que un sueño, qué algo tan horrible no podía ser real, paralizados de miedo esperando despertarse y que sus padres los vinieran a consolar, con unos ojos que jamás volverían a trasmitir felicidad e inocencia incapaces de llorar, pero también de reír que a partir de ese momento las sonrisas serian huecas y carentes de autentica alegría. Condenados a madurar de golpe y a recordar el horror que habían padecido el resto de sus vidas.
No había resultado ser instantáneo sino que más bien habían sido una idea que había ido creciendo con el tiempo, lo primero que había hecho al ver la foto había sido apagar el ordenador e intentar olvidarse por todos los medios de ella, pero la imagen le perseguía y le atormentaba incluso mientras dormía.
Como una semilla,había ido creciendo la idea, echando raíces en su subconsciente y si que se hubiera dado cuenta había acabado surgiendo un brote, ha este le habían surgido ramas y estas se habían llenado de flores.
Había intentado por todos los medios convencerce de lo adsurdo que estaba siendo todo «es imposible cambiar el mundo» «así a sido siempre el mundo y seguira siendo» «la vida no es justa» eran algunas de las muchas cosas que se había repetido a si mismo,pero solo habian servido para reafirmarle aún mas en su convencimiento,el árbol había crecido sano y fuerte a pesar del viento y la tormenta y estaba a punto de dar fruto.
Ahora tenia un sueño, un propósito, una misión.evitar que ningún niño más tubiera que pasar por lo que pasaron los niños de la foto,pero como eso resultaba imposible se contentaria con salvar a cuantos pudiera.
Y ahora estaba allí a un día de acabar su servicio y no había salvado ni a uno solo,solo había contribuido a aumentar el horror y desconsuelo que parecía llover a mares sobre esa pobre gente que no tenían la culpa de haber tenido la desgracia de nacer en el lugar equivocado, de que el diablo eligiera esa tierra para asentarse.
Había continuado conduciendo hasta que en cuestión de segundos la plaza había sido sustituida por un mar de llamas y un aluvión de disparos y esplosiones por todas partes.Había logrado ponerse a cubierto en uno de los pocos edificios que todavia se mantenian en pie.En ese momento es cuando lo olló,el grito de un niño que aunque lastimero y entrecortado había llegado perfectamente hasta sus oidos,provenía de un edificio al otro lado de la calle en la zona más peligrosa de la batalla, una ruta suicida sin sitio en el que guarecerse y bajo un continuó fuego cruzado y detrás sullo se encontraba un camino hacia una zona segura y alejada del conflicto un camino qué le llevaría de vuelta a casa y a los brazos de María.Al díablo con todo había hecho una promesa,salio corriendo como un poseído eludiendo las balas,sin pensar lo cerca de el que pasaban y entrando en el edificio en llamas.Ahí se encontraba el pobre criajo muerto de miedo con la mirada desorbitada hacia un fuego que le se le iba acercando y que continuaba gritando a pesar de que su garganta ya no producía sonido alguno.Le agarro en brazos y le cubrió con su chaqueta para protegerle del fuego y le saco de aquel infierno.Al salir por la semiderruida puerta había recibido un disparo,inmediatamente se arrojo al suelo usando su propio cuerpo como escudo para proteger al muchacho del resto de disparos.La sangre le manaba de múltiples heridas llevándose su vida con el,los ojos se le cerraban por ultima vez pero una sonrisa afloro a su cara, por qué lo ultimo que había visto es como el niño corría y se ponía a salvo.
Su ultimo pensamiento era para María, de verdad que le hubiera gustado mantener su promesa, de volver a verla besarla y amarla por toda la eternidad,pero igual de importante que esa promesa había sido esa otra que se había hecho a si mismo años atrás y esperaba que ella lo supiera comprender ………….algún día.
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