Ella no sabia de donde vino, ni sabia a donde iba, solo un día apareció en un lugar muy lejano, casi irreal, en un bosque sin final ni inicio, lo único que sabia es que se llamaba Violeta y que no tenia ni la menor idea de como fue que llego aquí.
¿Estaba durmiendo? se preguntaba, trataba de forzar a su mente con la única esperanza de recuperar alguna memoria perdida, algo que le sirviera de guía, empezó a llorar porque ni forzando a su mente podía recordar que fue lo que paso en realidad, hasta que vio en la lejanía un destello de luz, una luz casi azul, que parecía que la llamaba.
Al seguir el destello, encontró un pueblo en el cual todo era azul, las casas, los tejados de estas, hasta las personas eran azules.
Cuando la vieron, en vez de asustarse, todos le dieron una cálida bienvenida y la llevaron a una de las casas y una amable señora le preparo un apetitoso guiso, el cual Violeta comió sin ninguna demora, y le ofrecieron la mejor de sus habitaciones para que pudiera descansar a gusto, por lo cual Violeta agradeció en demasía por la amabilidad de los pueblerinos.
En la madrugada, Violeta se levanto súbitamente, derramando mucho sudor y sintiendo que el pecho le iba a explotar, había tenido un terrible sueño, en el cual era perseguida junto a otras personas por un montón de gente con antorchas y espadas, ella no sabia el porque los perseguían, pero después los capturaron y uno por uno fueron decapitados. Violeta estaba aterrada y mucho peor cuando se dio cuenta que era la siguiente lo cual no sucedió, ya que al levantarse, esfumo por completo ese terrible sueño.
Pero su susto fue mayúsculo cuando se dio cuenta que al frente de su cama estaba una señora que la observaba, le aterro la idea que desde que se fue a dormir ella estaba allí, un poco más y se caía de bruces contra el suelo, lo único que hizo la señora fue observarla detenidamente, como si tratara de ver o reconocer algo y preguntarle si estaba bien e irse antes de que Violeta le respondiera. Dejando a Violeta pensativa hasta el amanecer.
Saliendo al pueblo, Violeta se quedo maravillada con lo hermoso que era ese lugar, los pajaritos cantando, la naturaleza le daba una cálida señal de que estaba en un lugar seguro, los pueblerinos haciendo las labores diarias, y un día muy caluroso.
Caminando un poco más lejos, vio una casa muy sombría, ahí no cantaba ni los pájaros, todo el ambiente era pesado y ella solo prefirió alejarse del lugar.
Al regresar, la amable señora del día anterior le sirvió el desayuno, el cual estaba delicioso y la condujo hasta una gran casa, la más grande de todas para que el jefe la conociera.
La casa era en su interior más grande de lo que parecía, tenia unos extraños retratos y unas cuantas sillas que le daban un toque rustico al lugar.
En el centro de todo estaba el jefe, un señor ya mayor de cabello blanco y ojos muy azules, en su rostro reflejaba la soberanía que tenia en el pueblo y sus tantos años viviendo en ese lugar, lo único que le dijeron a Violeta es que se llamaba «Blue» o azul en español para ser exactos y que quería conocer a la forastera, al verlo pensó que lo había conocido antes más eso era totalmente ilógico ya que era la primera vez que lo veía en toda su estadía en el pueblo.
– Ya ha pasado mucho tiempo desde que no vemos forasteros por aquí, así que trátenla bien y como siempre acostumbramos hacer, en tres días daremos una fiesta para celebrar la llegada de la forastera- Ordeno Blue a la señora que estaba junto a Violeta, ella salio disparada por un rayo cuando escucho el mandato.
– Y usted señorita, ¿que tal si le invito una taza de té, mientras conversamos un momento?- Le pregunto Blue a Violeta, la cual acepto solamente porque era lo único que podía hacer.
Blue la guió hasta una pequeña habitación que parecía ser la sala de visitas, era muy hermoso para su parecer, él le ofreció un asiento en la mesa y mientras hacia el té, ella observaba por la ventana el paraíso y el buen clima que hacia en ese momento.
– Violeta ¿no es cierto?- Le pregunto Blue mientras le daba la taza de té, endulzada al gusto de ella.
– Si señor- respondió tímidamente
– ¿De donde vienes y a donde te estas dirigiendo?- Pregunto Blue
Violeta no sabia que decir, y del susto se atoro con el té que estaba bebiendo.
– ¿Se encuentra bien?- Pregunto preocupado
– Si señor- dijo Violeta, tratando de ocultar su nerviosismo
– Disculpa si dije algo inapropiado…
– No señor, no se preocupe- Dijo Violeta avergonzada
Así se paso el tiempo, hablaron por muchas horas y estaba tan entretenida la conversación que Violeta se había olvidado de comer, y ya era demasiado tarde.
– Ya es hora que se vaya a descansar señorita- Le dijo Blue, dando por terminada la conversación.
Violeta estaba cansada, pero feliz después de haber tenido una larga pero entretenida conversación con el líder, se dio cuenta que a pesar de ser serio era una persona muy amable y comprensiva.
Decidió que lo volvería a visitar al día siguiente para seguir conversando, después de tanto pensar, se acostó en la cama, deseando que mañana sea igual de hermoso que el de hoy.
En sus sueños vio la casa sombría que encontró en la mañana mientras paseaba e iba hacia ella atraída por algo que ella desconocía, para luego escuchar una voz que le decía «huye».
Se levanto un poco agitada y vio que era de madrugada, algo le decía que tenia que ir hacia aquella casa, salio sin que nadie lo notase, era una hermosa noche, la luna iluminaba que parecía que era de día y fue hacia la casa, que para su sorpresa era la misma señora que había visto el día anterior.
– Todavía sigues confundida ¿no?
Violeta no entendía el porque la voz le dijo que huyera, pero ¿Huir de que?. La señora adivinando lo que pensaba dijo:
– Ellos no son gente buena, piensan que los forasteros son seres despreciables y siempre fingen que les alegra que los forasteros lleguen al pueblo, para luego decapitarlos y esconder sus cabezas en un pequeño almacén que esta debajo de la gran casa, tu ya has estado aquí, estuviste aquí con tus amigos, solo que no lo recuerdas. Pensaste que «Azul» era un pueblo maravilloso, pero aunque tenga ese nombre, todo es aterrador…
Es ahí donde Violeta empezó a recordar, había armado una expedición con unos tres compañeros en un lejano continente, estaban todo bien hasta que vieron un destello de color azul, para todos ellos era extraño, pero tanta fue la curiosidad que siguieron el destello hasta el mismo pueblo que ella estaba, empezó a recordar a cada persona terminando por Blue, el señor tan amable y comprensivo que en realidad era solo una mascara de la verdadera personalidad que ocultaba, recordó que había usado la mismas palabras que cuando estaba con sus amigos, que habían tenido una hermosa charla, al igual que había tenido con ella, que habían acordado que después de la fiesta se irían, para no decepcionar a los pueblerinos que con tanto esfuerzo habían organizado la fiesta, después del baile, les dieron unas bebidas y se le fue la conciencia.
Es donde donde lo entendió todo, la huida sin éxito y las decapitaciones, esas personas eran sus propios amigos y recordó que sobrevivió, porque esa señora la salvo, corrió y corrió hasta perder la conciencia, ahora sabia quien era ella, y porque estuvo en ese bosque tan oscuro, era el lugar más seguro que ese trastornado pueblo.
-Ahora que recuerdas todo huye niña, que ellos vienen por ti ¡Huye!.
Al salir vio las antorchas y las espadas, ya estaban enterados de su ausencia, ella corrió y corrió, no le importaba el cansancio ni el hambre, sabia que tenia que huir lejos muy lejos de ese lugar.
Nunca se dio cuenta cuando la dejaron de perseguir y ya ni le importaba porque había encontrado una pequeña comunidad, la cual la socorrió al verla malherida.
Al restablecerse, les contó de aquel pueblo, de su gente y de su falsa hospitalidad, a lo cual solo supo de que era el campamento «Azul», que había desaparecido hace años y que todo era un mito.
Violeta insistió que era real, que lo había visto por ella misma, pero la trataron de loca y pensaron que se debía al cansancio, ella volvió de donde vino y allí se quedo para siempre.
Así que si alguna vez estas perdido en el bosque y vez un destello azul, no lo sigas aléjate y huye fuera de este si no quieres encontrar nuestro pueblo, es nuestra ultima advertencia y tu única opción de salvación, si no haces caso y lo sigues, te encontraras con un hermoso pueblo lleno de felicidad y armonía, seremos amables contigo y cuando bajes la guardia sera tu fin, porque aquí no queremos a los forasteros.
Atentamente, el líder del campamento «Azul», Blue.
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