A esta gatita aún le quedan muchas vidas por vivir, lo entendí esa noche, donde en mi rostro habían mas lagrimas que en el cielo estrellas, con mi séptimo corazón roto huyendo de la ciudad, sobre mi espalda una carpa y sin paraguas camine bajo la lluvia… Un poco fría, diez llamadas perdidas, pero sin saberlo, mas perdida estaba yo en esta vida, cinco mensajes que decían ¿que pasa contigo? pero yo era el sexto y huía, y en «visto» siempre quedaban las preguntas hacia mi vida, pero ¿Por qué corría?, si mis problemas eran el pan de cada día.

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