CAMINO DE MIS RECUERDOS
Pensé mientras el coche se lanzaba contra el muro, que estábamos ilesos. El coche seguía funcionando. Miré a mi compañero, ni un rasguño, sus ojos seguían imperturbables. Al final, me había resultado terriblemente aburrida su compañía. Decidí dejarlo sobre una pradera de relucientes girasoles. Cogí rumbo a mis sueños, no podían quedar demasiados kilómetros, al...