Su barba y su melena expuestas al viento, y es qué por ésos días se anunció la llegada del nuevo déspota. Todos deberían llevar la misma cabellera. Rasurada en degrade.
—Llegó el rapabarbas—dijo con rigor uno de los militares.
«Ushi vianut, perderé mi melena. Quién es, ése tal Adolf Hitler»
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