» Su barba y su melena expuestas al viento»

Con sus ojos tristes y cansados de mirar el horizonte. El abuelo como solíamos llamarlo, vivía cerca del río Gualeguay; allí había armado una choza, hecha con ramas, lonas y hojas de palma, la historia se repetía cuando nos veía llegar, su bote encalló, cerca de la bahía y no pudo continuar el viaje, que su amada seguía esperando por él, en algún rincón del planeta. No sabíamos si era verdad, pero el abuelo de barba blanca como la nieve y su largo pelo casi blanco, esperaba ir a su encuentro.

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