Su barba y su melena expuestas al viento, con sus ojos cerrados y una sonrisa placentera, con una amplia musculosa y bermudas coloridas -recostado en su gran asiento de pana roja- bordeando el inmenso mar Mediterráneo, bajo un radiante sol y aguas cristalinas que rozaban los brillantes y fuertes patines de contrachapado curvado; se dirigía a lo que serían sus primeras y merecidas vacaciones. Noel se estaba dando su regalo atrasado de Navidad.
OPINIONES Y COMENTARIOS