Su barba y su melena expuesta al viento. Él se dejó llevar por el silencio de la tarde, mientras el sol daba sus últimas vueltas antes de ir a dormir.
Adivino su silueta enteca afirmado en el dintel de la puerta mirando al horizonte con la sensación de haber encontrado la paz que buscaba.
No importaba si moría esta noche, tanto viaje melló su fortaleza, solo desea paz y tranquilidad. Esa paz que había perdido en el ir y venir de un lugar a otro.
Ya con la noche en el cuerpo buscó un rincón cerró sus ojos… se durmió.
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