Su barba y su melena expuestas al viento. Es lo primer que vi en el Malecón, lo miraba emocionada desde la distancia, con mi maniquí bajo el brazo y una pequeña maleta repleta de ropa interior.

Cansada del viaje y desencajada por la visión de un accidente una hora antes de llegar.

Solamente nos separaban unos metros, podía verlo absorto en sus pensamientos, mirando al mar el que siempre nos unió.

Él era ahora mi prioridad, mi principio y mi final, me vería mí mejor sonrisa de gatita, haría que esté día fuese historia, aún sabiendo que no teníamos tiempo, solo esperanza.

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