Su barba y su melena expuestas al viento. El epítome del postureo, del narcisismo y la pose. Sobre el acantilado, mirada desafiante, al fondo el mar, ahí va un «selfie». El moderno Robinson Crusoe 5G: cinco veces garrulo, bañador turbo blanco y rojo, neuronas concentradas en su interior…

Y en ese momento, una cigüeña embelesada no pudo soportar tamaña sublimación de la belleza, y soltó sobre su inmaculada cabellera la mayor deyección que haya visto jamás.

Entonces, solo entonces, hice la foto del mar sin que me estorbara su presencia.

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