Él ya estaría tomándose un daiquiri en el Malecón, ese sucio bar del norte de la ciudad. Pero en lugar de eso se encontraba huyendo del cornudo de turno, le podían las faldas…Ahora el cornudo resultaba ser una poderoso mafioso, tendría que salir de Italia, pero, ¿ahora? ¿con esta pandemia? Si no lo mataba el virus, las balas acabarían con él, o peor, el acero de una fría navaja suiza sin afilar. Tenía que buscar la forma de ponerse a salvo, ¡eureka!, se contagiaría y pasaría 15 días confinado, así al menos tendría tiempo de idear un plan mejor.
OPINIONES Y COMENTARIOS