Él ya estaría tomándose un daiquiri en el Malecón. Desde mi ventana veo el mundo. Que agradable la ducha. Y el silencio? La ansiedad me abrazó. Quise fugarme por el desagüe y llegar allí. ¿Me conocería? ¿Habremos cambiado mucho desde que se fue?¿Habrá agarrado el sueño que perseguía?. El agua me volvió a la realidad y encontré la monotonía rodeándome.Oí pasos renqueantes por el pasillo. El olor de su cigarro iba a la par con sus pisadas. Ella que me había dado la vida me observaba y miraba sin entender lo que yo le decía acariciándola con el corazón. Mamá!

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