—Él ya estaría tomándose un daiquiri en el malecón, ¿de verdad crees que ese es el mejor final?

—¿A quién le importa?

—A mí me importa ¿un daiquiri? ¿en el malecón?

—Quizás no sea el mejor final, pero es un buen comienzo, además si tanto te molesta, crea tu propia historia donde los malvados tomen whisky o cerveza.

—Eso hago… ¿Y el premio?

El aludido levantó su vaso de whisky y palmoteando las nalgas de la prostituta que tenía en sus rodillas dijo sonriendo con cinismo,

—¡Salud!

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