Él ya estaría tomándose un daiquiri en el malecón, ese cóctel cubano con ron blanco, que siempre bebía cuando esperaba la nueva orden del jefe. La misma voz gutural, diciendo por el celular : «la dama va para el sitio.». Yo no servia para esas vainas de ser guía turístico de mentiras, por eso le di el puesto a mi hermano -aunque pagarán bien- porque él, era un Don Juan de pacotilla . Mi papá, el jefe,conseguía el negocio : mujer solitaria, que quería pasar una noche, visitando los sitios emblemáticos de Cartagena de Indias, quizás…tomándose unos «mojitos»,con su guía.

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