El ya estaría tomándose un daiquiri en el Malecón. Le dijo al psiquiatra quien sin inmutarse, busca coherencia a las palabras de su cliente.

-¿Qué no ve claro?

– El Malecón y el Daiquiri…

Para entonces, la sesión estaba por terminar y ambos comenzaron a buscar conclusiones a esta sesión que había llegado a unos cuentos de viajes encadenados.

Definitivamente no volvería mas estaba cansado de lo mismo, buscarle lógica a las cosas, si lo mejor de la vida es lo absurdo, lo oscuro, y nada que ver con viajes.

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