Él ya estaría tomándose un Daiquiri en el Malecón. Pero le sucede lo que a muchos; lo mata el presente del subjuntivo. Recuerdo que a Carlos le decíamos que tenía «gusto de caviar y bolsillo de mortadela» y él ser reía como loco. Le gusta viajar pero lo hace con la imaginación. Se imagina cosas; por ejemplo que sube a un avión, pero luego cae en la cuenta que no tiene plata ni para un café con leche. Melancolía es vivir en un lugar y respirar en otro.
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