Él ya estaría tomandose un daiquiri en el malecón brindando por un nuevo día y dejando las penas derretirse como el hielo de ese vaso que se paseaba con chulería encima de la barra.

Camarero ponme otro que hoy tengo sonrisas para poder pagarte y como no sé lo que me van a durar, prefiero gastarmerlas en copas de alegría porque sé de buena tinta que la tristeza no se ahoga en vasos de tubo, sino en nudos en la garganta.

El final de una copa puede ser el principio de una historia así que hoy brinda por tí

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