El veintidós ya es historia, pensaba Daysi mientras miraba el escaparate.
Ya no era esa mujer de dulces y esbeltas piernas, donde podía lucir una alta raja en su falda, los tiempos habían cambiado y sus rivales también, tenia que modificar costumbres y formas.
Entro en la tienda y después de curiosear las vitrinas se acerco al dependiente.
– ¿La señora busca algo especial?-. Dijo el joven sonriendo.
Lo de señora a Daysi le sentó como un disparo.
-Buscaba un treinta y ocho o mejor una cuarenta y cinco.
-¿Le gustan las armas grandes?
Ojala las vendieran cargadas pensó ella.
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