El veintidós ya es historia. Preparé mi viaje contigo, con la ilusión de quien sale por primera vez sin familia.

La guía del recorrido, en mi mano, fortalecía mis fantasías y el destello de unos ojos dispuestos a llenarse de belleza.

Al no llevar la compañía adecuada los castillos de naipes se fueron cayendo y la hermosura del lugar se tiñó de desencanto, hasta la fina arena de la playa me hería.

Me robaste mi viaje, mi confianza. Demasiado veneno para tu corta estatura.

Te presentaste como Cenicienta y eras bruja con manzana.

Lección aprendida.

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