¡A esta gatita aún le quedan muchas vidas por vivir! le gritó Phillie. Toto la miró perplejo. Toda su vida había pensado que ella era un perrita y la noticia de que era gata lo dejó desencajado. Habían sido pareja por casi 6 años, habían tenido 4 hijos que parecían perros. ¿Quién era esa que ahora le reclamaba libertad? Se le nubló la mente, bajó sus largas orejas y también un poco el rabo. Aunque la miraba fijamente su cuerpo reaccionaba con decepción. El caminó lentamente hacia la puerta que daba a la calle y nunca más volvimos a verle.

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