“A esta gatita aún le quedan muchas vidas por vivir”. ¿Recuerdas? Son las palabras que te dejé escritas sobre el espejo aquella mañana que me marché de tu lado para siempre.
Y las he vivido. La segunda, junto a ese canalla al que creías tu amigo. La tercera, tocada y hundida en aquella sucia pensión. La cuarta felizmente casada con mi príncipe azul. La quinta, añorando noche y día a un marido ausente. La sexta, rodeada de mis nietos.
Ahora, recluída entre estas paredes blancas, presiento que la séptima está pronta a concluir. ¿Y, sabes? Nunca dejé de quererte.
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