“A esta gatita aún le quedan muchas vidas por vivir,” ronronea, con voz seductora.

“Maldita sea Misha. Por eso te pido una.” Intento disimular mi impaciencia.

“Creo que vas a necesitar más de una,” susurra, mirando por encima de la verja.

Allí detrás me esperan Jack y Fritz, sus colas erizadas. Estos no perdonan.

Fritz tiene un solo ojo. A Jack le falta media oreja.

“Está bien,” asiente, “te doy dos.”

Respiro aliviado. “¡Como te lo agradezco nena!”

“¡Eh, Romeo! ¿no olvidas algo?”

Vuelvo y le planto un beso en su naricita respingona.

Luego me lanzo al combate.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS