“A esta gatita aún le quedan muchas vidas por vivir” y, para disfrutarlas me he colado en este barco de nombre exótico: “Excursión Científica Toxoplasma gondii”. Perpleja, observa cómo un osado ratoncillo, tras oler tranquilamente la orina con la que ella marcó territorio, se dirige veloz a su encuentro. Al tiempo dos científicos ocultos presencian la escena susurrando: “¿Ves cómo el T. gondii aumenta sus niveles de dopamina?” El ratón no tiene miedo del gato. Un becario, escondido a su vez, piensa: “capaces son de expulsarme si se enteran de que rocié a la gatita con feromonas de ratón.”
OPINIONES Y COMENTARIOS