A esta gatita aún le quedan muchas vidas por vivir.
Si creíste que me quedaría a ver cómo metías a otra en mi cama y le dabas las caricias que me tocaban, estabas muy equivocado.
La ventana está abierta y los tejados me llaman.
Quédate con tu princesa persa y con su pedigrí.
He malgastado una vida contigo; me quedan seis por disfrutar.
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