El veintidós ya es historia. Le enseño las primeras letras y a unirlas ¡Que difícil, por Dios! Mis aspiraciones eran complejas en su sencillez. Tuve coraje para emprender mi odisea . En la Ciudad Eterna lo encontré. Aquel fin de semana con amigos. Sí, me empleé a fondo. No sería fácil pero valía la pena. Exprimí los días al máximo. Cielos visité, Infiernos intuí, Monedas lancé, Cantos de Sirena aireé. No me arrepiento. Aquel día veintidós, especial para nosotras, sí fue aventura. Tres años y nueve meses después empieza a preguntar con lengua de trapo : mama ¿ «teno» papá?

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